Sus palabras se volvieron contra él. Tras preguntarse para qué servían las vacaciones e increpar a Barack Obama de tomarlas cuando debía estar en su oficina, Donald Trump dejó hoy la Casa Blanca para tomarse un asueto de 17 días en uno de sus lujos clubs de golf.
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Estas vacaciones también se dan en medio de continuos fracasos legislativos y riñas con legisladores republicanos.
“(El presidente) seguirá trabajando las dos próximas semanas”, dijo la portavoz de la Casa Banca, Lindsay Walters.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha tomado más días de placer que su predecesor tomándose muchos fines de semana en su residencia de Bedminster o en su propiedad de Mara-Lago (Florida), y también consagrado al golf.
El diario Washington Post hizo un conteo de los días de ocio que ha tomado el presidente de Estados Unidos. En total 53 días de enero a agosto del presente frente a los 15 de Barack Obama en el mismo periodo, pero en 2009.
Durante su campaña electoral, Trump expresó “abandonaré muy poco la Casa Blanca porque hay mucho trabajo por hacer”, “no tendría tiempo para jugar golf”.
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