Un rápido proceso judicial le esperaría al exdirigente del Partido Comunista de China, Bo Xilai, quien fue recientemente destituido por protagonizar el mayor escándalo político vivido en el gigante asiático en 20 años.
Así lo estimaron analistas citados por el diario South China Morning Post, pues se espera que “las aguas se calmen” antes del decisivo XVIII Congreso del Partido Comunista, que empieza el 8 de noviembre.
Los especialistas también vaticinaron que Bo podría ser condenado a prisión perpetua o hasta la pena capital, pues entre las varias acusaciones que afronta figura la de corrupción a gran escala (recibir sobornos por más de US$3.1 millones), uno de los delitos con la máxima sanción en China.
También predicen que la esposa de Bo, Gu Kailai –condenada en agosto por el asesinato del empresario británico Neil Heywood– no será incluida en el juicio por corrupción de su marido, ni tampoco el hijo de ambos, Bo Guagua, quien está en Estados Unidos y no regresaría a China tras la caída en desgracia de su familia.
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