La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva,* fueron recibidos con un ‘cacerolazo’ a la entrada de una boda* al que asistieron en Sao Paulo, informaron medios locales este domingo.
“¡Fora Dilma! ¡Fora PT!”, arengó unos 50 manifestantes que se reunieron fuera de un salón de fiestas en una zona acomodada de la metrópoli para repudiar con cacerolas y silbidos a la presidenta de Brasil.
“¡Lula, borracho, devuelve mi dinero”, fue otro de los gritos que se oyó, según el diario O Estado de Sao Paulo.
Rousseff y Lula figuraban entre los padrinos de los novios, el cardiólogo Roberto Kalil Filho y su mujer Claudia Cozer. El médico estuvo al frente del equipo de especialistas cuando la presidenta y el ex mandatario fueron tratados de cáncer en el Hospital Sirio Libanés.
En un video aficionado publicado por la revista Veja se puede ver a un grupo de manifestantes golpeando cacerolas y agitando pancartas, mientras una caravana de autos, supuestamente de la presidenta Dilma Rousseff, se retira de la fiesta.
Según el periódico Folha de Sao Paulo, la protesta llegó a reunir manifestantes que dijeron pertenecer a grupos opositores como Movimiento Brasil Libre, Avanza Brasil y Brasil Mejor.
La boda de Kalil, un médico que atiende a presidentes, ministros y legisladores de Brasil como jefe de cardiología del prestigioso hospital Sirio-Libanés, contó con la cúpula del poder entre sus invitados.
Según relatan varios medios locales, que publicaron fotografías del evento, asistieron varios ministros, los presidentes de ambas cámaras del Parlamento y el gobernador del estado de Sao Paulo, entre otros.
Y aunque la presidenta Rousseff fue el principal objeto de críticas, muchos de los políticos fueron recibidos con gritos a la entrada, señaló la prensa.
La convocatoria de “cacerolazos” contra la mandataria y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) durante sus apariciones públicas – especialmente en la TV – se ha vuelto frecuente en las últimas semanas.
Con el PT acorralado por graves acusaciones de corrupción ligados a un fraude en la estatal Petrobras, y una economía prácticamente estancada que registra también una inflación en alza, la presidenta Rousseff ha visto su popularidad desplomarse al 19%, según la encuesta de CNI/Ibope de abril.
Desde marzo, detractores del gobierno y del PT hicieron dos multitudinarias manifestaciones para pedir su destitución.
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