El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, obtuvo su quinto mandato consecutivo este domingo con una aplastante victoria en una elección que podría considerarse un relajamiento de las tensiones con Occidente y genera interrogantes sobre sus lazos con Vladimir Putin.
Las autoridades electorales dijeron el domingo que Alexander Lukashenko obtuvo el 83.5% de los votos, ligeramente por encima del 80% que registró en las elecciones del 2010.
La reelección de Lukashenko hace cinco años provocó masivas protestas y el encarcelamiento de los principales líderes de la oposición, pero el apoyo para sus 20 años de gobierno ha crecido desde que él mismo se erigió en un garante de la estabilidad ante una crisis económica y un conflicto separatista en la vecina Ucrania.
Las potencias occidentales han condenado al ostracismo desde hace tiempo a la Bielorrusia de Lukashenko, descrita en 2005 por la exsecretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice como “la última dictadura de Europa”, por su historial de derechos humanos y por restricciones a la disidencia política.
Sin embargo, sus críticas a la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia el año pasado, ser anfitrión de las conversaciones de paz por Ucrania y su perdón a seis líderes de la oposición en agosto sugieren que Alexander Lukashenko está buscando mejorar su imagen en Occidente, dicen varios analistas.
“Hemos hecho todo lo que Occidente quería en vísperas de las elecciones. Si hay algún deseo en Occidente de mejorar nuestras relaciones, nada ni nadie puede evitarlo”, declaró Lukashenko al sufragar. “La pelota ahora está del lado de Occidente”, agregó.
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