El Instituto para las Obras de Religión (IOR), o Banco del Vaticano, pudo ser usado para el blanqueo de dinero, según los documentos filtrados hoy por la prensa italiana relativos a la investigación.
Según estos documentos de la investigación, que se cerró ayer tras 30 meses, “existe la fuerte posibilidad de que el modo de operar del Banco del Vaticano, que no realizó controles suficientes sobre sus clientes, permitiese que algunos utilizasen sus cuentas para operaciones ilegales”, escribe el diario Corriere della Sera.
Los fiscales de esta investigación han pedido que no sea imputado el presidente hasta su dimisión en mayo de 2012 de la entidad bancaria vaticana, Ettore Gotti Tedeschi, al considerar que no conocía estos casos.
Mientras que los investigadores sí consideran que tuvieron responsabilidades, en referencia a la poca transparencia, tanto el director general, Paolo Cipriani, y el vicedirector Massimo Tulli.
En estas pesquisas se comprueba que en el IOR, como hasta ahora había sido negado, existían cuentas de “laicos”, es decir que no todos los clientes eran congregaciones religiosas o miembros del clero si no que se autorizó la apertura de cuentas a sujetos privados.
La investigación se centra, según explica el diario La Repubblica, sobre todo en 13 operaciones que movieron 23 millones de euros efectuadas en septiembre de 2010 por el Banco del Vaticano hacia el organismo de crédito italiano Credito Artigiano, tres millones de los cuales fueron transferidos a la Banca del Fucino y 20 millones a JP Morgan Frankfurt.
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