Unos siete bomberos y dos integrantes de la Guardia Civil murieron hoy aplastados por una pared que se derrumbó cuando apagaban un incendio en un depósito en la capital argentina, informó el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
El muro cayó cuando un grupo de bomberos intentaba abrir con una sierra eléctrica un enorme portón de hierro e ingresar al depósito de archivos bancarios que se estaba incendiando, de acuerdo con el testimonio de vecinos del barrio de Barracas, en el sur de Buenos Aires, donde conviven fábricas y casas de clase media baja.
En declaraciones a la prensa frente al depósito, Berni precisó que los fallecidos son seis bomberos de la Policía Federal, un bombero voluntario y dos integrantes de la Guardia Civil. Entre las víctimas está la primera mujer bombero de la Policía Federal.
“Hasta ahora no hay denuncia de personas desaparecidas”, dijo Berni a los periodistas en el lugar del incendio, que aún no lograba ser controlado tras siete horas de trabajo.
Informó además que del total de ocho heridos, tres bomberos habían abandonado la clínica por orden médica y los otros seguían internados con politraumatismos.
El gobierno de Cristina Fernández decretó dos días de duelo por la tragedia, al igual que la alcaldía de Buenos Aires.
“Al llegar nos encontramos con muchos cuerpos tapados con escombros, con politraumatismos gravísimos. Lamentablemente la mayoría murió en el lugar, tratamos de sacarlos pero resultó imposible”, contó Alberto Crescenti, titular del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) de la Capital.
Los bomberos habían intentado ingresar al local para apagar las enormes llamaradas por el incendio iniciado la mañana del miércoles, pese a que los muros de unos siete metros de altura amenazaban con caer.
“Nos pasó una tragedia que no debería haber pasado. Tenemos una tristeza enorme, bronca, laburamos por dos mangos (trabajamos por poco dinero) y ponemos el pecho. No se puede seguir trabajando así”, declaró a la prensa un agente de la Guardia Civil que habló ante las cámaras pero no dio su nombre, consternado por la pérdida de dos de sus compañeros.
Según Berni, el derrumbe “tomó por sorpresa a toda una dotación. Fue extremadamente sorpresivo”.
Se desconocen las causas del incendio que se desató en el depósito que pertenece ahora a la empresa norteamericana Iron Mountain, fundada en 1951 con presencia en 35 países donde cuenta con 19,000 empleados y 150,000 clientes, según su sitio web.
La firma ofrece servicios de administración de información, protección y recuperación de datos y destrucción segura para el sector bancario, de salud, energético, entre otros.
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