Mikel Erentxun,Músico español
Autor: Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
Dentro del festival Rock & Pop en tu Idioma, Mikel Erentxun (Duncan Dhu), Javier Gurruchaga (Orquesta Mondragón), José María Guzmán (Cadillac) y Nacho Campillo (Tam Tam Go) se presentan hoy en Arequipa y mañana en el María Angola (Miraflores). Conversamos con Erentxun, quien tiene una legión de seguidores en estas tierras.
Naciste en Venezuela, pero tu familia es vasca…
Los vascos somos bastante introvertidos y grises, muy serios y tímidos. Por eso, cuando vengo a América Latina me siento bien porque ustedes son bastante más abiertos, más simpáticos. De hecho, siempre ocurre este hecho curioso: cuando me ven, muchos fans piensan que estoy molesto, pero solo sucede que soy tímido y callado, y ustedes son todo lo contrario. Y esto se nota en los conciertos. Los latinos viven más intensamente los shows que los españoles.
¿Un artista siempre necesita el calor de la gente?
Disfruto mucho la soledad y necesito de la introspección para escribir mis canciones. Pero, una vez que las canciones han sido puestas en un disco, me sucede lo contrario y se me hace necesario un escenario.
Estudiaste Arquitectura…
Sí. Siempre quise ser arquitecto. La arquitectura vino sobre mí antes que la música que, al inicio, era solo un hobby. Es más, Duncan Dhu, la banda que me hizo conocido, nació en la Facultad de Arquitectura. Y tanto me gustaba esa carrera que la terminé, en 12 años y más por amor propio, pero la terminé.
Musicalmente naces a mediados de los 80. ¿Cómo era la escena española por entonces?
Tuve la suerte de vivir los famosos 80 y conocer la famosa movida española. Fue una época maravillosa. No pertenecí a la primera generación –aquella donde estuvieron Alaska, Tequila, Loquillo, Los Secretos, Nacha Pop–, pero la admiraba muchísimo. Por eso, entrar a formar parte de ese movimiento a partir del 85 fue estupendo. Duró poco –a finales de los 80, la movida ya había acabado–, pero fueron años intensos, gloriosos e irrepetibles, tanto que hasta hoy perduran. Esto se nota en países como Perú, donde la gente te pide aquellas canciones.
¿No te aburre que siempre te pidan las mismas canciones?
Yo lo llevo bien porque no hago las canciones de Duncan Dhu. Estoy encantado de haber sido parte de esa banda, pero después he grabado mucho más: de mis 21 discos, 11 son en solitario. Me gusta vivir del presente y, hoy, este se llama 24 golpes, mi nuevo CD. Ahora, cuando uno vuelve a un lugar después de un año o dos –en este caso, Lima–, es inevitable tocar alguna canción vieja porque la gente así lo exige, pero en España paso por encima de mi pasado y solo vivo de mi presente.
Yo siento que tu música tiene más influencia anglosajona que española…
De chico admiraba a Elvis, a los Beatles, a Dylan… y esta influencia ha perdurado a lo largo de los años. Yo hacía rock en inglés, pero cuando escuché a Loquillo, a Nacha Pop, cantando en castellano se me abrió un mundo completo, totalmente nuevo. Yo diría que esta es la mayor influencia que recibí de la movida española.
Acá pasó algo similar. Una de las máximas del movimiento subterráneo limeño fue cantar en español…
Mis primeras canciones las compuse en inglés, pero cuando escuché a Loquillo me dije: “Joder, esto se puede hacer en español”. Ahora, si bien cantar en inglés no tiene nada de malo, yo soy un defensor del rock en español y siento que es un idioma absolutamente poético. Para mí, cantar en inglés es un retroceso, y solo lo haría si quisiera vender discos en el mercado anglo.
Te han hecho tributos. ¿Te sentiste viejo por ello?
(Ríe). Joder, que te homenajeen un montón de bandas es un orgullo. Y mira que ya tengo dos tributos: a Duncan Dhu y a Mikel Erentxun ¿Doblemente viejo? Ríe. Bueno, tengo 47 años, 27 de ellos dedicados a la música, pero me queda mucha carrera por delante. Yo quiero tener una como la de Dylan, con 47 discos y más de 50 años sobre un escenario.
Con el avance de la tecnología, ¿cómo se venderá la música en el futuro?
Vivimos una era de transición. Los formatos físicos y los estudios de grabación convencionales están desapareciendo. Estamos atravesando un pequeño desierto: no hay disqueras, pero los jóvenes pueden grabar su disco en casa, colgarlo en YouTube y llegar al mundo de manera inmediata. Pero, como yo soy de la vieja escuela, aún voy al estudio y grabo en analógico, con una gran consola y la banda al lado.
Participaste en el último disco de ‘Pelo’ Madueño…
Sí, ‘Pelo’ es un buen amigo. Incluso se ha alojado en mi casa en España, y mañana subirá al escenario a hacer alguna canción conmigo. También he grabado con Christian Meier, pero me gustaría tener más contacto con músicos peruanos.
AUTOFICHA
- Nací en Caracas, pero mi familia es vasca. Mis padres vivían en Venezuela, pero pronto regresamos a España. Siento que no he estado nunca en Venezuela.
- En la música vivimos una era de transición. Los formatos físicos y los estudios de grabación convencionales están desapareciendo.
- Estudié Arquitectura. La terminé en doce años, más por amor propio. No soy un buen ejemplo. El título de arquitecto cuelga orgullosamente en la pared de mi casa.
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