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"Yo me haría peruano solo por su cebiche"

“Me siento mucho más latino que europeo. Lo digo por el swing que América Latina tiene”, nos dice ‘El Cigala’, quien el 9 de octubre se presenta en Lima.

Foto: Difusión.
Foto: Difusión.

Diego ‘El Cigala’,Músico
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Diego ‘El Cigala’ es un gitano que ha sabido encontrarse como artista en la música latinoamericana. Saltó al estrellato mundial gracias al disco Lágrima negra, su trabajo junto con el gran músico cubano Bebo Valdés. Llega a Lima (9 de octubre, en el Pentagonito) a presentar Cigala & Tango, su nuevo y premiado disco. Entradas en Teleticket.

Los nacionalismos están muy fuertes en España…
Yo no me siento parte de ningún lado, me siento parte del planeta. Es más, ahora mismo, España está hecha una cagada, me avergüenza ver a los políticos dejar al país como lo están dejando. Hoy, España me da igual, está hecha un desastre pues el Gobierno y los políticos se están cargando a esta tierra tan bonita y tan maravillosa.

¿Le interesa la política?
Sí. He salido, junto con gente vinculada al arte y la cultura a las calles de Madrid a manifestarme, a decir que lo que vivimos es una locura, una barbarie. El artista no gana nada, no hay trabajo, no hay empresarios que nos contraten. Hay casi seis millones de gente sin trabajo y, lo peor, no hay futuro para la juventud. Es una pena que los artistas tengamos que migrar para sobrevivir. Y los que ya tenemos un nombre y podemos ir de gira le tenemos que dar gracias a Dios. Hoy los artistas no podemos expresarnos, nos han cortado las alas: no hay cine, no hay teatro, no hay música, no hay nada.

Hablemos de música. ¿Qué le gusta de la música latinoamericana?
Todo: su sentimiento, su feeling, su rítmica. Cada país tiene su melodía, su cadencia: en Colombia está la cumbia; en el Perú está el huaino, el sonido de las quenas, y esa preciosa percusión negra; en México, el bolero ranchero, artistas como Javier Solís me encantan. Y aún hay cosas maravillosas por descubrir. Yo sigo con los tangos, con los boleros y ahora hago canciones de Mercedes Sosa, temas de Atahualpa Yupanqui, ritmos andinos como la chacarera.

Le gusta Eva Ayllón…
Totalmente. Ojalá la conozca algún día y podamos hacer algo juntos. Y de los compositores de su país, conozco a Chabuca Granda. Y, claro, sé del origen peruano del cajón –le regalaron uno a Paco de Lucía–, pero el flamenco lo ha llevado por el mundo entero, pues antes era desconocido. Su sonido es precioso, complejo, de graves y agudos, y llama mucho la atención.

¿En espíritu se siente más cerca de un latinoamericano que de un europeo?
Me siento mucho más latino que europeo. Me siento más cubano, mexicano, colombiano, venezolano que francés o italiano. Y lo digo por el swing que América Latina tiene. Y me haría peruano solo por su cebiche (ríe). Bueno, no es solo por su cebiche: ustedes tienen un país maravilloso, al que amo. Saben ser muy buenos anfitriones, son muy hospitalarios.

Y con Cuba también tiene un feeling especial…
Muchísimo feeling. Gracias a mi amistad con Bebo Valdés me introduje en el mundo musical cubano. Si no hubiera sido por Bebo no hubiese conocido la música de Rolando Laserie y de otros tantos monstruos.

Y gracias al disco que grabó con Bebo ganó Grammys, discos de oro, un reconocimiento mundial…
Pero yo siempre he dicho que mi mejor premio fue conocer a Bebo Valdés. Los premios, la fama, el reconocimiento, el dinero, todo eso está muy bien, pues nos ayuda a vivir, a ser más creativo, pero Bebo Valdés es uno de mis superhéroes, como uno de la Marvel (ríe). Bebo es una leyenda: tocó con Benny Moré, Charlie Parker, Nat King Kole, Louis Armstrong, Frank Sinatra. ¿No sé si queda claro su genio y su importancia? (risas). Mucha gente no podía explicarse cómo un gitano de 35 años estuviese cantando con esta leyenda de 85. Pero congeniamos de inmediato. Él me dijo: “Canta como el gitano que eres, que yo tocaré el piano como el cubano que soy”.

¿Siente que reinterpretó el bolero?
Solo traje esta música a nuestros días, pues mucha de ella estaba olvidada. Cuando llegué a Cuba, los jóvenes bailaban reggaetón y no recordaban a Bebo ni a sus boleros. Entonces, que un gitano venga y ponga otra vez en escena canciones como Lágrimas negras, Corazón Loco, Inolvidable, fue un suceso.

Y hoy hace tangos…
Me siento con él como con el flamenco: muy a gusto. El tango es nocturno y muy bonito pues tiene tristeza, lamento y, claro, alegría. Y también estoy reactualizando sus clásicos como Naranjo en flor, Los mareados, etcétera.

El tango tiene la elegancia de la calle…
Exacto, como el flamenco… y ambos nunca dejan de ser los más elegantes del barrio (ríe). Y, conforme pasen los años, seguiré explorando los ritmos latinoamericanos. Por ejemplo, acabo de grabar una chacarera y, si Dios quiere, también bucearé en la música peruana.

AUTOFICHA

- Nací en Madrid, pero mis padres son de Andalucía (Granada) y de Córdoba y, claro, lo andaluz siempre tira. En Madrid siempre ha habido buena música, mucho flamenco.

- Todo el que quiere destacar en el mundo del flamenco tiene que pasar por Madrid. Hay un refrán que dice: “De Madrid, al cielo (ríe)”.

- Sé del origen peruano del cajón –le regalaron uno a Paco de Lucía, uno de mis héroes–, pero el flamenco lo ha llevado por el mundo entero, pues antes era desconocido.


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