22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

Mary es una joven de 26 años, agraciada, profesional y con todas las expectativas de llevar una vida feliz con su pareja.

Fernando Maestre,Opina.21
fmaestre@peru21.com

Mary es una joven de 26 años, agraciada, profesional y con todas las expectativas de llevar una vida feliz con su pareja. Ella solo sabía amar de una manera: entregándolo todo, porque tenía la seguridad de que iba a ser correspondida. Sin embargo, luego de dos años de relación con su pareja, el destino le demostró lo contrario. Él abandonó su trabajo, lo que hizo que ella tuviera que mantenerlo. Como no tenía dónde vivir, ella le dio una casa. Un año después, cuando él consiguió trabajo, le dijo: “Yo soy un sinvergüenza, no te voy a pagar. Me voy”. Mary quedó en la más profunda decepción. ¿Por qué suceden estas cosas? ¿Acaso es una condición femenina entregarse así? Lo que sabemos es que esto puede sucederle tanto al varón como a la mujer, y la causa más común es no saberse proteger y confiar excesivamente en la persona amada. Otra cosa que hallamos es el sueño de vivir en el sacrificio total, para lo que se entrega hasta el corazón. Estos casos hablan de algo que nada tiene que ver con el amor y que más parece la danza de un ciego que solo quiere ver lo que desea y no lo que debe ver.


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