Lucía de Althaus,Opina.21
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La frase mas común de los últimos tiempos podría ser: “este niño necesita límites”. Claro que los niños necesitan límites, así como no sería concebible una oficina en donde no haya un jefe y normas a seguir. Lo mismo sucede en la familia. Y muchas veces esta estructura es la que falta, aunque no es ese siempre el único problema.
Esta simplificación es en sí misma otro problema. Si nosotros, los profesionales, reducimos la problemática declarando “falta de límites”, corremos el riesgo de no ver el problema de fondo, generando que los padres se pongan rígidos en el establecimiento de normas, creando pleitos, gritos y desgaste familiar.
Los límites pueden ser un síntoma y no el problema en sí mismo. ¿No será que el niño se desborda porque está cargado de emociones y angustias que no sabe entender y procesar, o porque hay problemas familiares y es su manera de manifestar su angustia, o porque necesita llamar la atención de alguna manera, para que lo observen? Analizando más, intentamos corregir el motivo principal del descontrol de los niños, lo que sumado a una estructura de límites necesaria, alivia las tensiones familiares.
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