Su virtud fue no aburrir

Ricardo Vásquez Kunze,Opina.21
rvasquez@peru21.com

Tuvo una gran virtud el mensaje del presidente: no aburrir. En solo una hora despachó todo lo que tenía que decir. Y la brevedad es una virtud, ya sea porque “lo bueno viene en frasco chico” o porque no tenía nada que decir. Fue el último caso. Intentó relanzar su gobierno de la “inclusión social”. Esfuerzo inútil a santo de haber repetido tanto el término que, hoy, ya no significa nada. En seguridad descubrimos que hemos perdido dos años de anuncios. Finalmente, sabemos por su boca que el ciclo de bonanza se acabó. Eso sí que es una tragedia teniendo en cuenta el piloto que tenemos para los próximos tres años: automático.