Sangrienta operación de rescate de rehenes

ARGEL (Agencias).– Al menos 30 rehenes y 11 militantes islamistas murieron durante una operación de rescate de las fuerzas argelinas en una planta de gas en el desierto, en un intento por liberar a decenas de cautivos de manos de un grupo armado islamista.

La operación, que duró ocho horas, se inició con un bombardeo a la planta In Amenas, en el desierto, a 1,300 km al sureste de Argel. En ese lugar, el grupo autodenominado Batallón de Sangre había secuestrado a 41 extranjeros y a un número indeterminado de trabajadores locales para exigir que Francia detuviera su intervención militar en Mali contra insurgentes islamistas vinculados a Al Qaeda.

Luego de los bombardeos, el Ejército argelino tomó por asalto el complejo y pudo controlar parte de este.

Entre los rehenes fallecidos había ocho argelinos, dos japoneses, dos británicos y un francés; mientras que los militantes muertos eran dos argelinos, tres egipcios, dos tunecinos, dos libios, un maliense y un ciudadano francés, confirmando la visión de líderes africanos y occidentales de que afrontan una insurgencia multinacional vinculada a Al Qaeda en la región del Sahara.

También se encontró el cadáver de Taher Ben Cheneb, un argelino descrito por funcionarios de seguridad como un prominente comandante yihadista en el Sahara.

DESAPARECIDOS
El Gobierno japonés anunció que tres japoneses, de un total de 17, estaban en un “lugar seguro” y que 14 se gallaban de-saparecidos en Argelia.

Por su parte, un portavoz del Gobierno de Argelia dijo que la dura respuesta que se dio a los islamistas es porque, al igual que durante la sangrienta guerra civil de la década los 90, Argelia no negociará ante “chantajes de terroristas”.

TENGA EN CUENTA

- Los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Noruega mostraron su molestia por no haber sido consultados sobre la operación.

- Los terroristas islamistas mantienen cautivo a un número indeterminado de personas, entre ellas varios extranjeros.

- La planta de gas atacada es explotada por la empresa estatal argelina Sonatrach, la británica BP y la noruega Statoil.