Gianfranco Castagnola,Al.Mercado
gcastagnola@peru21.com
Un desafío que enfrentan los países ricos en recursos naturales es cómo evitar que la abundancia de dólares resultado de su exportación genere una excesiva apreciación de su moneda, que afecte la competitividad del resto de actividades productivas. Esta situación, conocida como “enfermedad holandesa”, debiera darse en Venezuela, que exporta petróleo por US$90 mil millones al año. Pero no. Más bien, hay una brutal escasez de divisas. El tipo de cambio paralelo se cotiza a siete veces el oficial. Esta distorsión genera corrupción y oportunidades como el “raspado de tarjetas de crédito”, por el cual venezolanos viajan a países como el Perú, con su “cuota anual” de US$2,000 en su tarjeta de crédito, acuden a tiendas donde por una comisión les entregan el cash, y regresan a su país a culminar el negocio. Haber convertido la abundancia de dólares en escasez es un ejemplo más de por qué el chavismo es el peor experimento económico mundial de los últimos 20 años.
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