Fritz Du Bois, La opinión del director
Si bien la campaña para decidir la revocatoria de la alcaldesa Villarán se debe centrar en el tema municipal, hasta cierto punto la capacidad de la izquierda peruana para gobernar también se estará juzgando. Así, tenemos que, en las contadas oportunidades en que han formado parte de un gobierno, es muy poco lo que han aportado. En el año 90, Fujimori tuvo el apoyo inicial de la izquierda, pero parece que no se entendieron porque, al primer cambio de gabinete, todos salieron siendo reemplazados por tecnócratas y empresarios con los cuales gobernó en sus dos mandatos.
Algo similar le ocurrió a Toledo, ya que empezó con diversos ministros provenientes de la izquierda, y los primeros años de su gobierno de todas las sangres fueron bastante malos. Recordemos las huelgas y conflictos sociales, el rechazo a la inversión –siendo el ‘Arequipazo’ lo más álgido–, el continuo cuestionamiento al sector privado. En realidad, fue recién en la segunda mitad de su mandato, cuando puso a cargo de la mayoría de sectores a funcionarios bien capacitados y no politizados, que las cosas mejoraron. Incluso, es por la parte final de su gobierno que Toledo es recordado. Por lo que sorprende que, ahora, el ‘Sano y Sagrado’ se presente ante la izquierda como su eventual abanderado. Bueno, por algo dicen que el hombre es el único animal que se golpea con la misma piedra con la que ya se ha tropezado.
Finalmente, la izquierda tuvo su tercera oportunidad con el actual mandatario llenando el Gabinete Lerner, y otra vez fracasaron. Llevando luego de los primeros cinco meses –con sus indecisiones y peleas internas– al gobierno de Humala a su punto más bajo. Nuevamente, en este caso, el reemplazo de políticos por tecnócratas demostró ser un giro que arrojó buenos resultados.
Luego están los gobiernos regionales y locales. Entre los primeros tenemos a revoltosos, como Santos, que no pueden diferenciar entre agitar y gobernar. Los pobres cajamarquinos, que ven su calidad de vida deteriorarse a diario, deben de estar contando las horas para que termine su mandato. Mientras que en la Municipalidad de Lima se tuvo la experiencia de Alfonso ‘Frejolito’ Barrantes, que nos dejó únicamente el vaso de leche y quien tiende a ser recordado cada vez con más cariño a medida que la imagen de su mediocre gestión mejora con la mala memoria y los años.
Ahora tenemos a Susana ‘Lentejita’ Villarán, cuyos primeros 18 meses fueron para el olvido, siendo recién con el temor de ser revocada que ha reaccionado y ha empezado a hacer algo. Así que, hasta el momento, el paso de la izquierda por los gobiernos, a todo nivel, está desaprobado. Al final veremos si Villarán logra superar la revocatoria y, luego de ello, mejora significativamente su trabajo. En caso contrario, habría confirmado que, para gobernar, en la izquierda no están preparados.
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