Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com
Al menos, así de tarde llegó a la clausura de la concurridísima Convención Minera que tuvo lugar en Arequipa la semana pasada. Ni una disculpa o explicación. Simplemente, llegó tardísimo y empezó a leer su discurso que –valgan verdades– estuvo muy bien. Pero eso no le quita que su tardanza haya sido vista como una clamorosa falta de respeto a centenares de personas –muchas de ellas extranjeros– que querían escucharlo. Con todo respeto, ¡qué se puede esperar de los miles de peruanos impuntuales, si el propio presidente es el más impuntual de todos! Me parece muy mal. Un presidente –con mayor razón– debe ser un ejemplo de puntualidad, entre otros valores, por cierto. Pero no, todo parece indicar que tenemos un presidente impuntual. ¡Ni modo, estamos fregados!
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