22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

La policía de carreteras es lo más corrupto que puede haber, y la de tránsito –salvo las mujeres policías– también. Y los del aeropuerto, no se salva uno, todos son unos coimeros. No obstante, a la hora de la hora, ellos son los valientes que logran atrapar a los delincuentes.

Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com

Así es el sistema. Cuando uno indaga al respecto, aparece de todo. Por el lado humano aparecen primero las miserables remuneraciones que reciben los pobres policías. La coima, entonces, está justificada, más aún si esta es de apenas unos cuantos solcitos, pero la indagación también revela que esas coimas son compartidas con los niveles superiores. ¿Hasta dónde? Hasta el máximo nivel, o sea… mejor me muerdo la lengua. Luego está lo de la venta del combustible, el alquiler de los carros patrulleros, el cobro por los permisos, las boticas frente al Hospital de Policía, etcétera. La policía está podrida, pero insisto: a pesar de eso, a la hora de la hora, son ellos los que finalmente nos defienden. Así es el sistema.


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