21.NOV Jueves, 2024
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Opinión

Uno de los resultados que llamó la atención del sondeo de opinión de DATUM fue la percepción sobre el poder de las mujeres que tienen los peruanos. Para un país tradicionalmente machista, que el 82% de los encuestados considere que las mujeres tienen igual o más poder que los hombres refleja un cambio radical.

Fritz Du Bois, La opinión del director
Uno de los resultados que llamó la atención del sondeo de opinión de DATUM –que publicamos hace un par de días– fue la percepción sobre el poder de las mujeres que tienen los peruanos. Para un país tradicionalmente machista, que el 82% de los encuestados considere que las mujeres tienen igual o más poder que los hombres refleja un cambio radical. Parece que la porción masculina de la población está, finalmente, madurando.

Por otro lado, es innegable que persisten enormes desigualdades. En el aspecto laboral, aún en los más modernos sectores, uno encuentra frecuentemente que una mujer con los mismos pergaminos y capacidades gana menos que sus colegas varones. Mientras tanto, la sociedad peruana todavía no desarrolla mecanismos adecuados de protección contra la violencia familiar. Más aun, en muchos estratos y lugares la esconden debajo de la alfombra como si nada hubiera pasado. Así que todavía tenemos mucho trecho por recorrer antes de que la brecha de género se haya cerrado.

Sin embargo, es en la política –sin necesidad alguna de cuotas absurdas– donde la hora de la mujer, sin duda, ha llegado. Estamos seguros de que con los prejuicios del machismo claramente debilitados, en la próxima elección la participación femenina será mucho mayor y tendremos más mujeres elegidas a todo nivel. Incluso, es probable que haya hasta tres candidatas de peso para tratar de llegar a ser nuestra primera ‘mandataria’.

Esto último se materializaría si Nadine Heredia logra levantar el actual impedimento legal, si Lourdes Flores decide regresar y Keiko Fujimori lo intenta una vez más. Con los antecedentes electorales que ellas –directa o indirectamente– han logrado, entre las tres bien podrían sumar las tres cuartas partes del electorado, dejando de esa manera a los eventuales candidatos que se presenten, peleándose por el saldo. ¡Quién lo hubiera imaginado hace solo unos años!


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