Martha Mifflin,Gestora cultural
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Hace 29 años se fundó Radio Filarmonía, único espacio que transmite música académica (y también popular) en nuestro país. Este sábado 11, en el colegio Santa Úrsula (calle Santo Toribio 150, San Isidro), realiza su tradicional Cena y Concierto de Gala, mediante la cual recauda fondos para su permanencia. En el concierto, la Orquesta de la Universidad de Lima será dirigida por el maestro brasileño John Neschling. El programa incluye obras de Rachmaninov y Tchaikovski. Las entradas van desde 30 soles (Teleticket). Conversamos con Martha Mifflin, su directora.
Filarmonía persiste…
Subsiste (ríe), resiste.
Sin embargo, el mundo de la cultura está dando algunas señales alentadoras: dos ferias de arte en una misma semana, ‘La noche en blanco’, nuevas salas teatrales, cines repletos. ¿Cómo va el mundo de la música?
Con muchísima actividad. La radio cumplirá tres décadas el próximo año y dentro de dos días tendremos la undécima versión de nuestra Cena y Concierto de Gala. Bueno, hace 11 años nadie hacía un concierto así. Por eso, toda Lima fue, tuve que dejar gente afuera. Hoy es diferente. Esta vez, nosotros hemos traído a un director maravilloso (John Neschling, Brasil) y a un solista destacadísimo (Evgeni Mikhailov, piano, Rusia). Hablemos de la Sociedad Filarmónica, de las 16 o 18 fechas de su temporada. Cuatro o seis son con orquestas sinfónicas de fama mundial. ¡Cuándo soñamos con algo así! Y también está TQ Producciones, que trae a Paley, Lang Lang, Yo-Yo Ma, solistas que no imaginábamos ver en Lima. Hoy tenemos dos temporadas de ópera, y la Orquesta Sinfónica también presenta buenos conciertos e invita a grandes directores. Todo esto es asombroso. Sin duda, son buenos tiempos para la música porque, además, uno puede escoger.
Y Filarmonía sigue siendo un baluarte de la música académica…
En el Perú hay 1,700 emisoras, pero solo una es como la nuestra: educativa y cultural.
Esto no está bien…
Sí, está muy bien (ríe). No queremos competencia porque nos cuesta mucho hacer nuestro trabajo. Solo estamos en FM. Sin embargo, nuestra señal en Internet compensa un poco esta carencia.
Para no pensar solo en Lima, ¿no crees que serían necesarias radios como Filarmonía en provincias?
Lo he intentado, pero no he podido. Si bien Filarmonía tiene 30 años, yo llevo 40 haciendo radio. Tenía un programa en radio Unión y, por la potencia de su señal, me escuchaba todo el Perú. Pero los militares sacaron a los jesuitas, que eran los dueños de la radio, y todo se acabó.
¿No sería bueno que te asociaras con radios locales y puedas tener dos o tres horas al día de música y cultura?
Les he pedido aunque sea una hora, ¡y de madrugada!, pero es imposible. Yo no aspiro a que me den una frecuencia, yo aspiro a que me den un espacio, pero no he podido. La verdad, he tirado la toalla. ¿Radio Nacional? Debería apoyarnos, vamos a conversar, pero prefiero no decir más.
Filarmonía se ha abierto a la música electrónica, al folclor, a la música popular…
Así es. Acá pasamos música andina, música criolla, música tradicional peruana, música de muchos países del mundo. Cuando fundamos la radio, yo era una ‘alemana’, al punto que no quería ningún programa hablado, solo quería programas musicales. Es más, pasábamos obras completas, no se nos ocurría pasar fragmentos, movimientos, arias. Pero, a los 15 días, ya habíamos pasado los 250 discos que teníamos. Empezamos a repetirlos; igual, la gente estaba feliz porque, por ejemplo, podía escuchar Los nocturnos, de Chopin dos veces al mes. Sin embargo, a los dos meses empezaron a reclamarme. “Qué puedo hacer, no tenemos discos”, les respondía.
¿Y cómo así ampliaron su colección?
Justo por esos días me encontré con una amiga que trabajaba en la Embajada de Bélgica, y ella me dijo que ahí tenían paredes repletas de discos que nadie oía. Me donaron esos discos. Empecé a pasar música belga. Un mes después me llamaron de la Embajada de Canadá y me regalaron 100 discos más. Hoy tenemos 80 mil horas de música; el 90% de ella, de música clásica.
¿Y cómo decidieron pasar programas no musicales?
Un día, la Embajada de España nos envió cintas con conferencias de una hora de escritores como Camilo José Cela y Mario Vargas Llosa. Un domingo, a mediodía, cortamos la música y pusimos a Mario… fue un éxito. La siguiente semana fue Cela y, así, hasta que se nos acabaron las charlas. Volvimos a la música… y empezaron las quejas, la gente quería oír conferencias, charlas. Lima Tours nos regaló una grabadora y empezamos a entrevistar a todos los escritores, músicos, artistas y personalidades de la cultura del país, y les pedimos a las embajadas charlas de sus autores. Hoy tenemos un archivo impresionante con voces de autores de todo el mundo. Pronto editaremos la colección… y todos podrán disfrutarla.
AUTOFICHA
- Hago música desde pequeña. He ganado concursos. Pero mi mayor satisfacción es Radio Filarmonía. Seguimos en la brega no por nosotros, sino por la gente.
- Para mantener la radio hicimos una colecta. La mayoría de donantes vino de los conos: una niña nos donó un sol. Por gestos así seguimos.
- No aspiro a que me den una frecuencia, aspiro a que me den un espacio, pero no he podido. La verdad, he tirado la toalla. ¿Radio Nacional? Debería apoyarnos.
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