Pasos perdidos

Dicen que el que la sigue la consigue, y eso es lo que habría logrado la lisonjera ministra de la Mujer, Ana Jara, a quien si algo hay que reconocerle –al margen de algunos logros en su desempeño sectorial– es su resistencia frente a los desplantes y ‘cuadres’ de ‘la jefa’.

Fuentes del Ejecutivo revelaron que las asperezas no se han limado del todo. La diferencia ahora es que para ambas está claro que esa cercanía las beneficia mutuamente. A Heredia porque el portafolio de Jara le es útil para el marketing preelectoral; y a la ministra iqueña porque sus sueños de presidenciable no se han disipado aún. Aclarando siempre –desde su entorno–, que su mirada no está puesta en el sillón de Palacio sino en otro muy cercano: el del premierato o, a modo de premio consuelo, en el que ocupa su colega Víctor Isla unas cuadras más allá.

En el Gobierno, sin embargo, la consideran mucho más útil(izable) en el gabinete por lo que, agregan, sus aspiraciones tendrá que postergarlas una vez más. Sobre todo si en Gana Perú continúa esa corriente rebeldona que hace poco más de un mes hizo que los nacionalistas de la llamada ‘ala dura’ empezaran a correr una carta dirigida al jefe de Estado para dejar constancia de su descontento por el trato que reciben. La misiva en cuestión fue de despacho en despacho para la respectiva firma pero, al final, nadie se animó a entregarla a su destinatario. Ni siquiera Fredy Otárola que, cuentan por ahí, reclama su legitimo derecho a presidir el Parlamento. Lo mismo persigue, aunque con perfil más bajo, José Urquizo, que tiene en contra el rechazo de los provincianos, mientras Isla hace lo suyo concediendo viajes al por mayor a la oposición. Jaime Delgado, en tanto, se ‘mete por los palos’ como lo hizo meses atrás cuando fue elegido vocero del bloque. Hay aún mucho pan que rebanar…