El presidente Humala ha repetido hasta el cansancio que la seguridad ciudadana y la lucha contra la corrupción es “tarea de todos”, de todos los peruanos, menos –al parecer– de los 43 miembros de su bancada parlamentaria que, según lo ocurrido esta semana en el Congreso, no se han dado por enterados de la postura de su líder.
A lo largo de los últimos meses, los oficialistas de la Comisión de Fiscalización juraron y rejuraron que no blindarían a Alexis Humala. Sin embargo, lo primero que hicieron el último martes –tras conocer el preinforme que le atribuye usurpación de funciones, falsificación de documentos e, incluso, indicios de lavado de dinero al menor del clan Humala– fue poner pies en polvorosa y abandonar el recinto en un intento de frustrar la aprobación del documento.
Pero eso no fue todo. El segundo acto de esta fuga de ‘talentos’ nacionalistas tuvo lugar ese mismo día, horas más tarde, en la Comisión de Justicia, y en pleno debate de proyectos para combatir la inseguridad ciudadana.
Decididos como ellos solos a bloquear la discusión, los congresistas Martín Rivas y Jaime Delgado fueron los primeros en hacerse humo. Momentos después les siguió Omar Chehade quien, dicen, hizo oídos sordos al pedido de la titular de ese grupo de trabajo, Marisol Pérez Tello, para que permaneciera en la sesión. Solo el oficialista Agustín Molina decidió quedarse en la sala, pero más como un gesto simbólico pues, a esas alturas, ya sin quórum, era imposible aprobar las iniciativas.
Pese a ello, el jueves, Gana Perú no perdió tiempo para cerrar filas en torno al ministro del Interior y reiterar, en un escenario más mediático, su compromiso con la seguridad ciudadana. Escopeta de dos cañones habrían dicho ellos si eso hubiera ocurrido en el gobierno aprista.¿Cómo le llaman a eso ahora?
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