Eva Ayllón,Cantante
AUTOR: GONZALO PAJARES
gpajares@peru21.com
Su voz llegará a uno de los escenarios más importantes del país. Este 8 y 9 de febrero, Eva Ayllón celebra la vida (y su cumpleaños, que es el 7) en el Gran Teatro Nacional. Ah, y en octubre volverá a cantar en el Carnegie Hall, de Nueva York. Todo un acontecimiento.
Te siento nerviosa…
Lo estoy, porque lo que viene es demasiado grande, demasiado hermoso. Me siento tan nerviosa como cuando me anunciaron que el 26 de octubre estaré cantando otra vez en el Carnegie Hall, de Nueva York. A pesar de que ya he llenado esa sala, los nervios continúan. Pero también me siento contenta, pues fue la propia gente del Carnegie Hall quien me pidió volver a ese escenario.
El 8 y 9 de febrero cantarás en el Gran Teatro Nacional…
El Carnegie Hall y el Gran Teatro Nacional están a la misma altura, tienen la misma calidad, por eso los nervios, por eso el compromiso. Los conciertos del 8 y del 9 ya están ensamblados, los tengo en mi mente como si fuesen una gran película.
Para el Oscar…
(Ríe). Para mí, sí. Yo siempre pienso en grande. Y aunque es natural que cante con algunas figuras de la música y actúe mucho afuera, cuando me presento en el Perú siento una obligación mayor porque quiero impresionar al público, sorprenderlo, dejarlo cada día más enamorado. El 7 de febrero, además, es mi cumpleaños, así que los conciertos serán una verdadera fiesta.
Fiesta en la que primará, imagino, la música peruana, donde estás más en tu elemento…
Mi registro es más amplio, por eso he hecho baladas, boleros. Eso sí, solo me meto en aquellos terrenos donde siento que podré hacerlo bien. Por ejemplo, si me piden cantar un huayno, con toda la pena del mundo diré que no, porque no me sale. Hace algunos años canté uno en quechua con los Gaytán Castro y pasé la vergüenza de mi vida. La gente aplaudió pero yo sabía que no lo había hecho bien.
¿Eres muy crítica contigo misma?
Sí. Yo salí de una depresión severa. En un momento cuestioné mi carrera: no me deprimí por amor, los maridos son lo de menos (risas); felizmente ya todo pasó. Hoy he aprendido a reírme de mí misma y así me evito los malos ratos… porque estos arrugan (risas).
¿Qué te cuestionabas?
Hay lugares a los que ya no puedo ir. Yo empecé desde abajo, cantando en lugares pequeños, haciendo ocho espectáculos por día. Hoy el cuerpo ya no me da para ocho pero sí para tres (risas), En serio, quiero volver a mis peñitas, pero los mismos dueños de los locales me dicen: “Usted es Eva Ayllón, cobra caro, no le podemos pagar”. Y no es así, lo dije hace poco, los artistas criollos somos los peor pagados. Por eso, busco un loco, un mecenas que me ayude a crear la Casa de Reposo del Artista Mayor, donde podamos ser bien cuidados y, llegado el momento, descansar en paz. Sí, soy generosa.
Te vi cantando con El Cigala. Su conexión no fue solo musical, hasta parecía física…
Mi padre era fan de El Cigala, adoraba su disco de boleros cubanos. Cuando vino al Perú fue a mi programa de radio y la conexión fue inmediata: El Cigala tenía lágrimas en los ojos. Y mira que me habían dicho que era un tipo complicado. Sucede que hablamos el mismo idioma y compartimos los mismos sentimientos. Conmigo fue dadivoso y bueno. Si se puede afirmar que dos artistas se pueden enamorar en un escenario, eso pasó con El Cigala y conmigo: nos enamoramos en un instante… pero artísticamente hablando (risas). Solo la música puede lograr esta conexión…
También la poesía…
También, pero la lectura es individual, en cambio, la música puede hacer de este sentimiento, de esta conexión, de esta magia, algo colectivo. Y no creas que solo me pasó con El Cigala: esta conexión también la viví con Marc Anthony, Rubén Blades, Cheo Feliciano…
Purito segundón…
(Risas). Soy una mujer muy afortunada porque Dios ha puesto en mi camino a muchas de las personas que admiro. Me faltó cantar con Mercedes Sosa, pero sería feliz si pudiera cantar con Andrea Bocelli y con Barbra Streisand y, otra vez, con El Cigala, con quien tenemos la promesa de hacer un disco.
Tienes un programa de radio, allí compites con Bartola…
En la radio estoy feliz, y no siento que compita con ella; mientras más programas criollos haya, mejor. Hay que hacer que el Perú entero escuche música criolla. En mi programa apoyo a los jóvenes, hasta tengo un concurso, Orgullo criollo, que los promueve. Repertorio, intérpretes y compositores nos sobran.
¿En serio?
Felizmente los puristas me respetan (ríe). Los criollos debemos aprovechar los beneficios de la tecnología y hacer de nuestra música en verdad contemporánea, claro, sin olvidar a Los Trovadores Criollos, Lucha Reyes, Eloísa Angulo, Cecilia Barraza, Bartola, Lucía de la Cruz y tantos otros.
AUTOFICHA
- He compuesto una sola canción. Se llama Divina, y está dedicada a mi tierra, a Lima, pero todavía no la he grabado. Quizás sea mi próxima sorpresa (ríe).
- No compongo más porque, como soy intérprete, me da miedo que, sin querer, imite a alguien. Uy, lo que pasaría, pero dejaré el miedo.
- Yo trabajo con los mejores percusionistas del mundo, que son peruanos. Y ellos estarán conmigo en el Carnegie Hall (Nueva York), donde cantaré el 26 de octubre.
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