Lucía de Althaus,Opina.21
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La necesidad de pertenecer a un grupo es una necesidad instintiva en casi todos los seres humanos. Somos seres sociales que nos nutrimos de las relaciones que vamos estableciendo con el otro, comenzando con nuestra propia madre, que es el primer y gran vínculo. Vamos creciendo y se van multiplicando nuestras relaciones. Y es en la adultez cuando empezamos a pensar que no es tan necesario ser aceptado por todos, y que puede incluso ser más atractivo ser diferente. Seguimos sintiendo la necesidad de pertenencia, pero quizás hacia un grupo más diferenciado y ya elegido por nosotros mismos.
Pero hay un tránsito complicado hasta esta resolución. Los chicos necesitando ser parte de un grupo y haciendo lo posible por diferenciarse lo menos posible del resto para encajar. Y nosotros los padres rompiéndonos la cabeza intentando explicarles el valor de la originalidad. Pero nada de eso sirve en ese momento, y sólo nos queda la esperanza de que nuestro ejemplo y nuestras explicaciones –que parecen desvanecerse cuando se las decimos– vuelvan a ellos cuando sean mas grandes.
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