Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com
La recarga de los acuíferos de Lanchas y Villacurí con aguas sobrantes del río Pisco está a la espera de sabe Dios qué. Igual ocurre con la planta de tratamiento de aguas servidas de la ciudad de Ica, que podría irrigar mil hectáreas. Entonces, en vez de hacer las obras que resuelvan el problema, aparecen disposiciones que pretenden limitar el uso del agua del acuífero de Ica, con lo cual desaparecería gran parte de la pujante agricultura iqueña. Absurdo. Si no hubiera agua sobrante en las cuencas vecinas, ni modo. Que se limite el uso de agua de pozos y a llorar al parque. Pero ese no es el caso de Ica. Hay aguas sobrantes en cuencas vecinas. El momento de Ica exige la ejecución de los tres proyectos mencionados.
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