Carlos Alcántara, Actor
Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
Carlos ‘Cachín’ Alcántara está satisfecho pero muy cansado. Asu mare, su película, tuvo 150 mil espectadores el día de su estreno. Récord absoluto en las salas peruanas. ‘Cachín’, lo repetimos, está satisfecho, pero, ¿feliz? En esta charla nos habla de su estado de ánimo (y de su vida).
Has dicho que no te sientes famoso pero sí popular…
(Ríe). Después de estas semanas me siento famoso y ya no quiero ser popular (risas). Es una situación difícil de manejar, se ha vuelto una cosa masiva y ya no quiero salir de mi casa: es una locura.
¿Y te has puesto a pensar ‘y mañana qué’?
Y pasado también (ríe). No sé cómo manejar el tema. Fui a un restaurante y no pude comer, era imposible llevarme el bocado a la boca.
En su primer día, 150 mil personas vieron Asu mare. Ni Harry Potter, ni Batman lograron esto. ¿Esto te asusta, te alegra?
Me da tranquilidad. Durante dos años trabajamos la película, y la cifra me indica que hicimos bien nuestro trabajo. Este comienzo me muestra que sí se puede identificar al público peruano con su cine. Queremos que pasen dos cosas: 1. Que el público vaya a ver cine peruano porque reconoce que detrás hay un buen trabajo. 2. Que haya una nueva forma de hacer cine, que no estemos esperanzados en ganar un concurso (se refiere a Conacine) para rodar una cinta. Nuestro modelo no es nuevo: recurrir a la empresa privada en busca de auspicios, y nos apoyaron porque les demostramos –con un estudio de Arellano Márketing bajo el brazo– que su inversión sería rentable.
¿Te gusta Asu mare ?
Sí, pues la he visto más de 900 veces (ríe). Igual, ya no podemos hacer nada con ella, no es como el teatro donde se pueden cambiar cosas de función a función.
Del ‘fracaso’ de tu vida has hecho un éxito comercial…
La fórmula, burlarme de mí, me funciona desde Pataclaun. Los peruanos somos burlones y muy ‘jajaja’ frente al drama de los demás, pero yo me puse un espejo. July Naters me enseñó a sentirme mejor aceptándome, burlándome de mí; aprovechando lo ridículo que era y, a partir de esto, hacer humor.
Eres divertido, pero también muy sentimental…
Soy emotivo. Los peruanos somos llorones y me emocionan muchas cosas, aunque ahora soy un poco más duro, pero en mis momentos caletas todavía soy un chiquillo.
Pocos nos atrevemos a hacer un repaso sentimental y descarnado de nuestras vidas…
Siento que les estoy dejando un mensaje positivo a los jóvenes y niños, a la gente que está desubicada, que se siente frustrada por sus raíces, por su país. Puede sonar a cliché, pero en Asu mare quiero reivindicar el carácter multiétnico del Perú. Yo he sido un alienado, parte del racismo de nuestro país.
¿Sientes que el Perú ya les permite a sus ciudadanos evitar aparentar lo que no son?
Esos espacios ya existen y eso se refleja, por ejemplo, en que la televisión ya trata temas como la inclusión, como nuestras mezclas. Veamos el caso de Al fondo hay sitio.
En la película te llamas, por lo menos dos veces, “huevón”…
Sí, tuve mi etapa de huevón. ¿Se ha prolongado? Sí, hasta ahora, a mis 48 años, tengo cosas de las que no me puedo desprender. Aún estoy a medio camino, aún hago cojudeces, me siento acomplejado y prejuicioso. No es tan fácil sacarse las taras que uno tiene. Claro, me siento mejor que antes, con la mochila más ligera, pero uno se quita un peso y, luego, carga otro. Te soy sincero, aún tengo complejos, y hay muchas cosas dolorosas que no cuento en la película, que están llenas de pesar.
Tu relación con tu padre, por ejemplo…
Su ausencia, la falta de momentos de afecto; las ganas de que hubiera habido alguien que nos defendiese, que defendiese a mi madre.
A alguien muy cercano a mí, su padre nunca lo abrazó. ¿Viviste una situación parecida?
Sí, a mí tampoco mi padre nunca me abrazó, me habrá dado a lo mucho un palmazo en el hombro. Jamás en la vida mi padre me dijo “te quiero”.
¿Cómo puede crecer sana una persona sin ese afecto?
¿Quién te ha dicho que estoy sano? Estoy a la mitad de mi vida, de mi carrera, y tengo muchas cosas por solucionar para vivir tranquilo.
¿Quién es tu terapia?
Mi esposa, mis hijos; las ganas de darle a mi mamá todo lo que se merece por haber sacado sola adelante a sus hijos. Yo por más que esté arañando el éxito no festejo, pues necesito sanar varias cosas en mí.
¿Eres feliz?
(Responde con ironía). Sí, porque hay un montón de cartelitos que dicen que vamos bien. Para ser feliz uno trabaja, pues. La terapia es larga. Yo comencé en Pataclaun, donde recién empecé a sentirme como los demás. Allí, en ese espacio, me sentí acogido.
AUTOFICHA
- Lo que se cuenta en Asu mare me ha pasado. Hay cosas que no he contado porque serían muy fuertes. Por ejemplo, cuando me dijeron mestizo me fui a mi casa indignado.
- Me encanta el tráiler de Asu mare, es muy vendedor. El director, Ricardo Maldonado, viene de la publicidad y tiene claro qué decirle a la gente.
- Podría hacer Asu mare 2, Asu mare 3, tengo material como cancha. Por ejemplo, hablar de mis 17 años, cuando era un idiota, cuando me sentía menos por ser de barrio.
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