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Opinión

Fernando Maestre,Opina.21
fmaestre@peru21.com

Esta columna alude a un desencuentro que suele ser crónico en muchas parejas, pues luego de algunos años de matrimonio, por diferentes razones, la señora de la casa manifiesta su determinación de no compartir más la intimidad con su esposo y, pese a los ruegos de él y los intentos, la decisión sigue siendo negativa, lo que genera frustración y sufrimiento. ¿Cuáles son las principales razones que lo motivan? La más común son los problemas ginecológicos tipo la menopausia y sequedad vaginal; también están los resentimientos secretos con el marido. Otra causa puede ser la pérdida del amor, que arrastra la disminución del deseo. Finalmente están los celos, donde la abstinencia será un castigo vengativo. Esta situación puede empujar al varón a cuatro nefastas reacciones. La primera es que se sienta con licencia para ser infiel; la segunda, que empiece un desbordado coqueteo con compañeras de trabajo o amigas; la tercera, que puede iniciar los trámites de divorcio; finalmente, fruto de la rabia, puede arrebatarse y abandonar la casa. La pérdida del deseo debe ser manejada por un especialista para evitar estos desenlaces.


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