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"Me siento vieja, para qué voy a mentir"

“En Mi amor el guachimán 2 he dejado de ser la pituca engreída y tonta y he pasado a ser la pituca mala” (risas), nos dice Anahí de Cárdenas, quien ahora canta.

(Mario Zapata)
(Mario Zapata)

Anahí de Cárdenas,Actriz
Autor: Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com

Baila, actúa, modela y ahora canta. Anahí de Cárdenas está por editar su primer disco: Whot’s that girl?, donde, nos explica, se muestra tal y como es: una chica sensible, nada pituca, con crisis existenciales y que se gana la vida con el sudor de su frente. Ah, se acaba de mudar con su novio.

Has sido elegida Mejor Modelo, Mejor Actriz, ¿también quieres ser elegida Mejor Cantante?
Sí. Tengo un rollo narcisista. No me afecta que no me escojan, pero sería lindo que así lo hiciesen. Yo solo tomo en cuenta las opiniones de la gente que me quiere. Sobre los demás, si el producto es bueno lo podrán tomar, pero no soy monedita de oro para gustarle a todo el mundo, eso no me quita el sueño.

Si quieres ser ‘la mejor’ tienes que pensar en el público.
La verdad, he hecho este disco con todo mi corazón, con todo mi amor; es un fiel retrato de quién soy, por dentro y por fuera. Literalmente le estoy entregando mi alma a la gente.

No sería más interesante que le entregases tu alma al diablo…
(Ríe). No, para qué. Le estoy entregando mi alma a la gente; le digo “esta soy”, si no les gusta me va a dar mucha pena. Yo no soy simplemente la actriz a la que le dan papeles de pituca, también tengo carnecita por dentro, sangre en las venas y el corazón me late.

¿Te sientes estereotipada?
Sí, por muchos años, desde que empecé a actuar. Siempre he hecho el mismo personaje, con diferentes matices, pero siempre el mismo personaje: la pituca que nació en cuna de oro, que era o loca o hueca o drogadicta, por ende soy la mala. En las telenovelas, el pituco es el malo… y por mi tipo no me escogen para otra cosa.

¿Eres pituca?
No. Si pensamos en el entorno donde crecí, sí. Ahora, si te pones a pensar que soy una persona que vive en Magdalena, que me acabo de mudar con mi novio, que mi pelo es mitad rubio y mitad castaño y que ya no quiero pintármelo más, que en el rubro donde me desarrollo a veces hay chamba y a veces no, que no soy hijita de papá, que nadie me subvenciona nada, entonces te darás cuenta de que soy bastante normal, que no soy ninguna pituca.

¿Compras en oferta?
Por supuesto, no compro nada si no está en oferta. Lo importante es el ahora, no de dónde uno vino. El origen te define ciertas cosas, pero no quién eres. No estoy ahorrando para un Mercedes Benz.

¿Para qué ahorras?
Debo guardar pan para mayo. Muchas veces los actores no tenemos chamba. Si algún lujo me doy es en la decoración de mi casa: Tengo un Fito Espinoza en mi sala. ¿Viajar? No puedo, los actores no podemos planear nada, hay chamba… estoy un poco cagada en eso.

¡Qué bueno que tengas chamba!
De puta madre, el problema es que no puedo planear nada, no puedo irme a Máncora. Me ha pasado que he planeado algo y, de pronto, me sale algo que no puedo rechazar y todos mis planes se van al cacho. Felizmente, mi novio maneja todo esto muy bien.

Te vi en El chico de Oz. Bailas bien…
Gracias. Me provoca estudiar Bolrum, un baile de salón que tiene campeonatos mundiales. Quiero entrenar y competir en ellos y, luego, poner una escuela. Lo mejor de estos torneos es que no hay límite de edad. ¡Ya tengo 30 años!

¿La edad es una carga?
En mi trabajo, la edad cuesta bastante. Además, internacionalmente hablando, ninguna agencia te ficha si tienes más de 30 años. Me llaman para hacer papeles de una chica de 20 años, pero los ojos ya no se me ven y tampoco tengo esa inocencia que tan bien me fluía a los 20. Me siento vieja, para qué voy a mentir… los 30 me han caído jodido. De acá a 10 o 15 años me vendrá la menopausia, se me reducirá la oportunidad de tener hijos.

¿Quieres ser mamá?
Ahora no, pero en algún momento quizás, pero hoy me siento más pegada a mis 20 y siento que tengo muchas cosas por hacer: a veces veo el techo de mis metas cerca y no quiero que eso sea así. Yo veo a Shakira, a Pink , a Beyoncé, y todas son menores que yo y sus carreras tienen ¡más de 10 años!

¿Tú quieres una carrera musical así?
Me hubiera encantado. Si hubiera sabido que podía componer… bueno, lo sabía, lo hacía, pero estaba al tanto de que podía hacerlo profesionalmente.

Es complicado hacer una carrera musical desde el Perú…
Es jodido, pero en la vida todo es posible: mira a Gian Marco.

¿Sigues yendo a terapia?
Estoy perfecta. No tengo ningún rollo existencial latente, todo está muy tranquilo, y sigo con mi tratamiento. Me gustaría llevar una vida sin fármacos, primero, porque cuestan un huevo de plata (ríe), pero si el médico dice que los siga usando lo haré, ¿por qué no si me siento bien?

¿El amor te ayuda?
Claro. Es la primera vez que vivo con alguien y lo estoy pasando increíble. Siento que hoy la gente puede tomar mi opinión como algo serio… ¡Ya tengo 30! (risas).


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