Fernando Maestre,Opina.21
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Cuántas veces hemos oído que el embarazo se vuelve determinante para que una pareja de enamorados se case a la fuerza. Esta circunstancia llevará, en muchos casos, a infelicidades marcadas debido a que la pareja no se unió en libertad y lo hizo por vergüenza o, como decían los antiguos, “para borrar una ofensa”. Así la pareja tendrá muchos problemas. El primero, la falta de tiempo para organizar su nueva vida; otro, la no preparación del matrimonio, el que se hace a la carrera; también está la culpa y arrepentimiento de no haberse cuidado en las relaciones sexuales. Hay parejas que se adaptan y siguen casadas por años, pero son minoría. Por ello, vale la pena analizar alternativas antes de casarse. La primera: hay que saber enfrentar a los padres y explicarles la situación; asimismo, se puede asumir el rol de madre soltera con ayuda del futuro padre. Si todo se explica, las familias recibirán al bebé y ayudarán a la hija a seguir su vida con precauciones. Importa que los futuros padres reciban consejo del ginecólogo sobre métodos preventivos. El fracaso matrimonial se puede evitar si la familia entiende y apoya a la hija.
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