Adolfo Guevara,Opina.21
aguevara@peru21.com
El corazón se encarga de bombear sangre. Una mala conducción eléctrica en dicho órgano condiciona una mala respuesta, lo que ocasiona que este no se contraiga como normalmente lo hace o se produzcan bradicardias –pulso muy lento–, las que generan síncopes o desmayos. Hay aparatos que reemplazan algunas funciones del corazón; estos son los marcapasos artificiales. El riesgo de implantar estos dispositivos es mínimo, pero siempre hay que mencionarlos. Este tipo de intervenciones se hacen de manera ambulatoria. Se realiza una pequeña incisión debajo de la clavícula –de 5 a 6 centímetros– y se ubica una vena. A través de esta, se implanta un electrodo en el miocardio. Los equipos modernos, que aún son grandes, pueden durar hasta 12 años. Se calcula que en el futuro los marcapasos medirán un tercio de un dedal, a diferencia de los primeros, que pesaban hasta 45 kg y debían permanecer enchufados a la pared, con todos los riesgos que esto significaba. Algunos auguran que llegarán a tener el tamaño de un grano de arroz y se manejarán por computadora desde cualquier parte del mundo.
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