Alessandra Rampolla,Sexóloga
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Alessandra Rampolla, la bella sexóloga puertorriqueña, está en Lima. Hoy, a las 7 de la noche, dictará la charla ‘Te amo… pero a veces no te soporto’ en el Pentagonito (Entradas: Teleticket). Obviamente, la buscamos para hablar de sexo.
Me gustabas más cuando eras una chica gordita.
Yo me siento exactamente igual. Quien ha tenido dificultad es el público; muchos me dicen: “¿Por qué bajaste de peso? Me gustabas más antes”. Hay a quienes les parecía interesante la escena de la gordita hablando de sexo porque les parecía novedoso, pero hay otros a los que mi estética actual les gusta más.
Todos nos hemos preguntado si lo que sabes de sexo es porque lo has estudiado o porque lo has practicado…
Lo abordo desde una posición muy profesional. Si bien soy una persona relajada, y de vez en cuando digo alguito de mi vida personal, siempre encaro esto desde un punto de vista profesional. Incluso, cuando decidí ser sexóloga y se lo comenté a mi papá, uno de sus grandes alivios fue saber que no iba a ser una práctica de vida sino que lo iba a estudiar (risas).
¿Una persona conservadora es un mal amante?
No. El ser conservador no quiere decir que vas por la vida ignorante; quiere decir que no eres tan abierto a discutir con todo el mundo, pero en la intimidad de cada cual, por más que se sea tímido y conservador, hay un lugar para sentirse a gusto y ejercer la sexualidad de una manera personal y viva. Alguien conservador puede tener, felizmente, una vida sexual muy abierta.
Por un lado tenemos al ‘latin lover’ y, por el otro, vivimos en sociedades reprimidas sexualmente…
El ‘latin lover’ es marketing completo, lo han inventado y genera muchísima confusión, sobre todo entre los hombres. El ‘latin lover’ es el macho latino, el Don Juan, el que te seduce, lo que tiene algo de verdad porque el macho latino tiene mucho de seducción verbal y sabe qué quiere oír la mujer…
¿Y cómo es en el momento de la acción?
No siempre está bien informado, no siempre está a la altura de su fama, y no porque no quiera sino por ignorancia. Cuando llega el momento de la acción, se basa en lo que ha aprendido a través de la masturbación, en lo que para él es natural y funciona. El problema es que lo que funciona para él no funciona para la mujer, y si el hombre no se educa en aquello que no está en su cuerpo va a apuntar hacia donde no es. He allí el gran fallo del ‘latin lover’: no siempre está pendiente del placer de la mujer.
¿Cómo ha ido la evolución sexual de la mujer latina?
La expectativa social está puesta en el hombre: se supone que sabe, pues es él quien tiene ‘permiso’ para experimentar, averiguar con su cuerpo a través de la masturbación. La mujer, entonces, está en desventaja y, por eso, los medios de comunicación han sido importantes en su despertar sexual: es la primera vez que sienten que deberían disfrutar del sexo. Antes, todo está centrado en querer satisfacer al hombre, porque no conozco una mujer que no me pregunte cómo hacerlo sentir bien, el truco para retenerlo, etcétera.
¿Puede haber amor de pareja sin sexo?
Quiero explicarme bien. Sin sexo no existe la pareja. Y cuando digo “sexo” no hablo de “coito”, sino de intimidad erótica y sexual. Por A o B circunstancias, una pareja no puede tener la penetración pene-vagina, pero esa pareja puede darse lindas masturbaciones mutuas, besarse, erotizarse, compartir fantasías, vivir momentos de intimidad erótica.
Muchos no entienden el sexo sin penetración. ¿Esto pasa sobre todo en sociedades conservadoras?
Pasa en sociedades mal informadas. Si tenemos una definición tan estrecha de sexo y vinculada solo con el coito heterosexual, se me vuelan las tapas. ¿Bill Clinton no tuvo sexo con Monica Lewinsky? Es absurdo. Y Clinton se salvó porque la definición popular de sexo es la que implica la penetración del pene por la vagina. Todo esto es ignorancia, y esta se combate con educación.
Vargas Llosa dice que el sexo se ha banalizado, que el erotismo está desapareciendo…
Para algunas personas sí, pero para vivirlo bien hay que tener una gran apertura y sentirse a gusto y permitirse placeres y niveles de conciencia en el momento que se lo practica de tal manera que conecten cuerpo, mente, la tierra, el Universo y todo lo demás. Una vez que conoces el mapa, puedes olvidarte de él y, cómodamente, explorar los placeres que hay allí, y combinar erotismo con conocimiento.
¿Es verdad que hay menos desencuentros en una pareja homosexual que en una heterosexual?
No. Hay mucho prejuicio. Ambas parejas viven situaciones muy similares. Esto de “se supone” es terrible para el ser humano pues nos lleva a entender las cosas solo desde nuestra perspectiva. Por eso se habla, por ejemplo, de las relaciones casuales, como si los gays no fueran capaces de ser fieles.
AUTOFICHA
- Cuando decidí ser sexóloga y se lo comenté a mi papá, uno de sus grandes alivios fue saber que no iba a ser una práctica de vida sino que lo iba a estudiar (risas).
- Mi novio es algunos años menor que yo; es músico, toca reggae. Cuando sale de gira o yo viajo, lo llamo para mantener viva la relación.
- Que se hable de sexo en los medios ha sido muy importante porque le muestra al público que está bien que se hable de sexo y, segundo, lo acostumbra al diálogo.
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