Rossana Lignarolo,Coreógrafa
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Rossana Lignarolo es la severa jueza colombiana que evalúa el trabajo de los participantes de El gran show. Coreógrafa y diseñadora con estudios en Londres, señala que el nivel de nuestros bailarines no es el mejor, pero que el trabajo de nuestros coreógrafos sí le parece bueno. Conózcala más en esta conversación sin puntaje de por medio.
Es coreógrafa del Carnaval de Barranquilla, su ciudad…
Así es. Es el segundo mejor del mundo. En Barranquilla hay 35 mil bailadores. Estamos llenos de danzas, algunas de ellas tradicionales –paloteo, coyongo–, pero también hemos acogido las danzas de fantasía. Y como somos multiétnicos –indios, negros y españoles–, hemos acogido diversos ritmos, como la cumbia, el ballenato y la salsa. Además, por el carnaval llegaban a Barranquilla las más grandes orquestas cubanas, puertorriqueñas, dominicanas.
Ha hecho ballet clásico y danza contemporánea. ¿Le gusta lo popular?
Hago bastantes cosas, soy hiperactiva. Soy coreógrafa de oficio –gracias a Dios, he podido vivir de esto– y me buscan para organizar grandes espectáculos: eventos deportivos (la Copa América, por ejemplo), coronaciones de reinas, bailes de carnaval y más. Me gusta el espectáculo, y lo que hago es transformar, estilizar lo popular. Me aburre lo que hace todo el mundo. Por eso cambio, renuevo, le doy una nueva lectura a lo popular, que me encanta, pues de él proviene todo. Salgo a la calle y lo disfruto, pero si yo lo voy a hacer, tengo que transformarlo.
¿Fue una buena bailarina?
Sí. Es más, lo soy, porque aún me entreno (ríe). Nunca bailé espectáculos como Cascanueces, y no persistí en lo clásico porque eso ya está hecho, y muy bien hecho, y mi personalidad me exige crear, dejar atrás los parámetros. La danza contemporánea es un territorio más abierto, más amplio…
¿Y qué tan competente es allí?
Me encanta. Acabo de hacer una performance el pasado 17 de noviembre. Soy una vanguardista, una atrevida, una luchadora, he abierto camino…
¿Sus coreografías se podrían presentar en Londres, en Nueva York?
Sí. Tengo muchas cosas interesantes. Es más, debería estar allí (ríe). Debo reconocer que en Colombia tenemos carencia de bailarines profesionales. Nos sobran bailadores, pues en la costa del Caribe todos bailan, pero estos son populares, no tienen formación técnica ni académica.
Como jueza de concursos de baile ha ganado fama por ser muy severa. ¿Es severa de verdad o ha creado un personaje?
Soy así, muy severa, muy dura con mi trabajo. Y así como soy exigente con los otros, también lo soy conmigo. La primera vez que estuve de jueza entré muy nerviosa. Entonces, le pedí a Dios que me ayudase a ser coherente y justa, a no mentirme. Entonces, fui sincera y flui, pero todos me miraban raro, no esperaban mi desempeño… pero gusté. No soy un personaje, la gente que me conoce sabe lo exigente que soy con mi trabajo… soy un poco brava, pero en mi vida cotidiana soy bastante normal, aunque tranquila no soy (risas).
La recuerdo como jueza de un concurso al que llamaron ‘Campeonato Mundial de Baile’. ¿El nivel era ‘mundial’?
Algunas parejas tenían ese nivel, pero la diferencia se notaba en participantes como Delly Madrid o la misma pareja colombiana, quienes eran actrices o bailadoras, pero no bailarines profesionales. Y no es que sea dura, digo la verdad y soy firme con quienes no dan la talla.
¿Alguien le ha dicho bruja?
Claro. Es más, como soy una jueza dura y me pongo brava, me lo repiten siempre, sobre todo en Barranquilla (ríe). Es que hay que estar exigiendo. Debo reconocer que soy fregada. Siempre fui una mujer distinta, tanto en casa como en mi entorno. Más que rebelde, inquieta.
Tiene muchas dotes histriónicas, dramáticas…
(Ríe). Es verdad. Y si no he desarrollado esa faceta ha sido por falta de tiempo. A los 19 años me fui a Londres. Y cuando regresé a Barranquilla fui convocada por el Country. Desde entonces no he parado.
¿Cómo está el nivel de los participantes de El gran show?
Lo he visto bajo. Hay mucha parafernalia alrededor, y yo miraba al bailarín y este no hacía nada. Son las primeras galas, hay que seguir viéndolos, pero hay que tomar en cuenta que son famosos bailando con bailarines profesionales.
Y si es así, ¿por qué sigue siendo tan severa en sus juicios?
Yo no perdono nada. Este es un concurso de baile y me han traído como jueza para evaluar a todas las parejas.
¿Cuál es el nivel de nuestros coreógrafos?
Su trabajo estuvo bien, limpio, con mucha energía. Mi conclusión es que las coreografías están bien, los ejecutantes deben mejorar.
AUTOFICHA
- Los barranquilleros somos extrovertidos y rumberos. Dicen que trabajamos poco, pero no es verdad. Nuestro carnaval es el segundo mejor del mundo.
- Como coreógrafa he participado muchas veces en el carnaval y me ha tocado coronar a la reina. Mi hermana fue Miss Colombia.
- Fui bailarina del Ballet de Barranquilla. La música popular me encanta, pero dirijo el Ballet Contemporáneo de Barranquilla. Estudié diseño en Londres.
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