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Opinión

Un niño de 4 años está explorando su cuerpo, siente mucho placer al tocar sus genitales y juega con esa sensación repetidas veces.

Lucía de Althaus,Opina.21
www.parentalidad.pe

Un niño de 4 años está explorando su cuerpo, siente mucho placer al tocar sus genitales y juega con esa sensación repetidas veces. Luego, esta curiosidad se extiende y desea observar y conocer cómo es aquella zona en la niñas de su edad. Empieza entonces un juego con una niña en el cual ambos se exhiben, se miran, hasta se tocan, con mucha inocencia e inmensa curiosidad. ¿Qué hacer en esos casos? Es evidente que los niños no están realizando una actividad “genital” adulta, tan sólo exploración y placer. ¿Pero, no hacer nada?

Si bien es natural y no hay que convertirlo en tabú, es una oportunidad para sentar los límites del cuidado del cuerpo e intimidad. Decirles que entendemos que les da curiosidad y placer hacerlo, pero que tienen que saber que las zonas genitales son privadas, que sólo ellos las pueden tocar. Que ellos tienen que respetar el cuerpo y la intimidad de otros niños/as así como resguardar la propia. Si no decimos nada, transmitimos que “está bien” abordar el cuerpo del otro, así como que “invadan” el de él. Esto es preventivo pues sienta las bases para que ellos se puedan proteger ante un posible abuso sexual real.


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