Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Él relata ahora cuán desechables resultan los trabajadores en esta sociedad que solo aprecia resultados económicos sin importar su costo. Dice que los 900 mil empleados de Wal-Mart “tienen prohibida la afiliación a cualquier sindicato”. Quien lo pretenda pasa a ser un desempleado. Niegan así un derecho humano proclamado por la ONU: la libertad de asociación. El fundador de Wal-Mart recibió en 1992 la Medalla de la Libertad, una de las más altas condecoraciones de EE.UU. “Uno de cada cuatro adultos gringos y nueve de cada 10 niños comen en McDonald’s la comida plástica que los engorda. Los trabajadores de McDonald’s son tan desechables como su comida. Tampoco ellos tienen el derecho de sindicalizarse. Malasia declaró libre de sindicatos al sector electrónico. Tampoco tenían posibilidad de agremiarse las 190 obreras que murieron quemadas en Tailandia, en 1993, en un galpón trancado por fuera donde fabricaban muñecos de Sesame Street y Bart Simpson”. Agrega Galeano: “En sus campañas electorales del 2000, Bush y Gore coincidieron en imponerle al mundo el modelo gringo de relaciones laborales. ‘Nuestro estilo de trabajo es el que está marcando el paso de la globalización que avanza con botas de siete leguas’”. La tecnología –que ha abolido las distancias– haría que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar 100 mil años para igualar el sueldo de un año de un ejecutivo de Nike en los EE.UU.
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