Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
EDAD: Nacido en febrero, cuando se inicia un nuevo año adelanto mi aniversario y comienzo a pensarme con la edad del año que llega. Recordaba esta vez las palabras del cineasta sueco Ingmar Bergman, quien decía que “envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”. A veces, Ingmar, a veces. Siento que ese estado de cierta plenitud aparece y desaparece al compás de nuestras emociones que, aunque moderadas por el tiempo, siguen estando vivas y lo estarán, seguramente, hasta el último suspiro. Hoy, viendo la carrera idiota que los humanos hemos emprendido para acabar con la vida en el planeta, me inclino por compartir el humor del físico y escritor Lichtenberg, quien afirmaba: “No creo que el hombre sea obra de un ser supremo, sino de un ser imperfecto que nos fabricó a modo de pasatiempo”.
¿MIOPÍA?: Me resulta difícil comprender cómo las almas sensibles que derramaron justas lágrimas cuando la locura homicida de unos pocos destruyó las Torres Gemelas pueden ser indiferentes mientras el mal genio de la OTAN pulveriza Afganistán. O, cómo antes, llorar por los judíos era justo y, hoy, llorar por los palestinos es injusto antisemitismo.
GUANTÁNAMO: Olvidó Obama la promesa de cerrar la prisión de Guantánamo. Nosotros no olvidamos la promesa incumplida y sentimos el deber de recordar que la gran mayoría de los allí encarcelados eran campesinos ajenos a la lucha armada que fueron vendidos a los gringos como integrantes de Al Qaeda. Hombres y casi niños que nunca entenderán cómo amanecieron en ese infierno.
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