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Opinión

Le atribuyen a Einstein haber dicho: “La mente es como el paracaídas, solo funciona cuando se abre”. No sé si realmente lo dijo el viejo sabio o se lo atribuyen como aquello de que Borges, si volviera a nacer, comería más helados. En todo caso, me parece una figura clara y útil en tiempos en que muchas mentes no solo están cerradas, sino que viven haciendo esfuerzos por cerrar las de los demás.

Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com

Mentes de sembradores de prejuicios y de difusores de realidades alteradas. Son aquellos que confunden sus creencias con la realidad. Así funciona el cerebro de los dogmáticos que, sea en religión, economía o política, aplican su percepción como universal y, cuando se les acaban los argumentos, usan la onomatopeya de una carcajada para cerrar lo que no cierra como un pensamiento acabado por más que lo inunden de adjetivos.

Las elecciones en Argentina me han permitido comprobar, una vez más, que, además de los confundidos, existen los confabulados para difundir lo que obedece a sus intereses. Recuerdo al director de un diario local que anunciaba a tapa entera el fin de Chávez en una elección que Chávez ganó abrumadoramente. O que en alguna página interior afirmaba que Irán amenazaba a Israel con armas nucleares que nunca llegó a tener y de las que sí disponía en abundancia el amenazado. Dicho esto, a manera de ejemplo, sobre cómo se disfraza la realidad, paso a dar cifras sobre las elecciones en Argentina: a nivel nacional, el kirchnerismo sacó el 33% de los votos y quedó por delante de sus rivales por un amplio margen: 12 puntos de diferencia sobre la UCR y los socialistas, 16 sobre el Frente Renovador y 24 sobre el PRO. Sigue siendo por lejos, y a pesar de nuestros escribas, la primera fuerza política en Argentina.


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