Lucía de Althaus,Opina.21
www.parentalidad.pe
En el Día del Padre del nido X, los niños les cantan en coro una canción a sus padres. Como son pequeños, algunos no pueden seguir la indicación, algunos se avergüenzan, otros se distraen. Luego cada niño le da un regalo que “ellos han hecho”. Pero resulta que todos son iguales, del mismo color, con la misma frase: You are the best.
En el nido Y, cada niño recibe a su padre en una mesa de dibujo. Se sientan uno frente al otro, y la consigna es: dibujen lo que quieran. Cada pareja se encuentra, se mira, conversan, y de ese encuentro sale un dibujo –un regalo– único.
¿Cuál de las dos experiencias es más significativa? ¿Cuál de las dos ha creado una situación especial entre el padre y su hijo? ¿Cuál de las dos recordarías, como padre, más?
La respuesta para mí es evidente, pero lo cierto es que muchas veces optamos por lo fácil, lo conocido, sin darnos el tiempo de pensar, reflexionar o cuestionar lo que venimos haciendo. Necesitamos cambiar nuestra mirada del niño y no subestimarlo. Es mucho más creativo, inteligente y potente de lo que creemos.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.