Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Basta de mandilitos afeminados, ahora la voz es usar chalecos antibalas. Imagino que los encandilados por las luces del Norte ya estarán pensando hacer lo mismo por estas tierras. Sería super cool.
Los chalequitos pesan cuatro kilos y restan movilidad a los niños. La Elite Sterling, además, está negociando con más de una docena de escuelas del Estado la venta de versiones reducidas de tales defensas al uso militar que los niños colgarían en el aula y se pondrían en caso de peligro. Y así como nosotros hacemos simulacros de sismo, ellos harán simulacros de locos sueltos.
¿Tendrán noción de cómo operarán en la mente de los niños estas medidas de seguridad? Esos chalequitos colgando en el aula serán el permanente recordatorio de una catástrofe inminente. Si las actuales generaciones ya son paranoicas, no sé qué podremos esperar de las venideras. ¿Y si el loco apunta a la cabeza? A comprar cascos, pues, y así sucesivamente. Mientras tanto, la TV y el cine siguen lucrando con una violencia desaforada, ya hay armas que disparan 155 balas en cinco minutos (como ocurrió en Newmont). En Worcester, una escuela ha desplegado 80 escudos antibalas. 43 de los 45 senadores que impidieron aprobar la ley que limita el uso de armas recibieron donaciones de la Asociación de los ‘chiflados’ del Rifle.
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