Lucía de Althaus,Opina.21
www.parentalidad.pe
Primero, es muy importante saber que desde el primer momento es que ponemos algo en el ciberespacio, deja de pertenecernos, pues puede ser copiado y transformado. Una foto de nuestro hermoso bebé puede ser tomada por un pedófilo y convertirla en una imagen impensable para nosotros. Pero otro peligro de sobreexponer a nuestros pequeños en las redes sociales tiene que ver con el ejemplo que les damos a futuro. Si nosotros colgamos compulsivamente fotos de nuestros hijos, ¿por qué no harán ellos lo mismo cuando crezcan? ¿por qué van a respetar la privacidad de otras personas, o la de ellos mismos?
Hay que saber que el ciberespacio ya no es un mundo paralelo en donde me puedo permitir ser otra persona. Ahora es parte del mundo real y tangible. Es por eso que debemos comportarnos de la misma manera como lo haríamos frente a una persona. Todo queda registrado y se convierte en data, acumulándose y formando parte de nuestra “reputación”. Es vital entonces reflexionar sobre una “moral cibernética” y empezar nosotros por ser ciudadanos “modelos” del ciberespacio.
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