Un capítulo sin cerrar

Fritz Du Bois, La opinión del director
Se va creando la costumbre de presenciar las numerosas oportunidades que son desperdiciadas por nuestro mandatario. Así, en el caso de Fujimori se le presentaba la posibilidad de actuar conciliatoriamente, al margen de si era o no indultado, para tratar de cerrar un episodio dramático que luego de trece años sigue dividiendo a muchos peruanos.

Sin embargo, optó por mantener la herida abierta al hablar de la falta de arrepentimiento del expresidente por delitos de corrupción al justificar el rechazo. Ello, luego de haber filtrado a los medios que en castigo por el audio que Fujimori había propalado podría ser recluido en la Base Naval, como se hizo con Antauro. Con lo cual daría la impresión de que Humala quisiera enturbiar incluso más el ambiente político que ya está bastante agitado.

Más aún, bastaba con alguna mención a la posibilidad de un arresto domiciliario, que requiere un cambio de ley y que, por tanto, ni siquiera está en sus manos para intentar mostrar algo de compasión apaciguando los ánimos. Especialmente tomando en cuenta que al haber sido el propio presidente quien pidió que la familia solicitara el indulto para considerarlo, fue él quien abrió formalmente el proceso y debió haber sido más cuidadoso para intentar cerrarlo. Pero parece que Humala prefiere la confrontación a la conciliación, y su presentación sobre el indulto tuvo un claro sesgo partidario.

Por lo tanto, es probable que este asunto se sume a la reelección conyugal, al reglaje a la oposición, incluso a la represión –como se vio hace un par de días en un puente del zanjón–, para generar constante ruido político y mantener una desproporcionada sensación de un país que aparenta estar convulsionado. Lo cual es una verdadera lástima porque lo que necesitamos es justamente lo contrario: paz y tranquilidad para recobrar la confianza, ahora que la desaceleración del crecimiento nos tiene tan preocupados.