Roberto Lerner,Espacio de crianza
http://espaciodecrianza.educared.pe
La adolescencia es un periodo interesante. Debemos recomponer una serie de esquemas; acomodarnos a nuevas formas de pensamiento, apariencia física radicalmente distinta; y rehacer nuestro mundo relacional dentro de una búsqueda de individualidad e identidad. Se trata de momentos difíciles, no solamente para los chicos y chicas adolescentes, sino también para sus padres y los adultos que deben interactuar con ellos.
En la adolescencia el Yo se vuelve reflexivo. La persona se convierte en un objeto de su propio pensamiento. Los adolescents pasan buena parte del tiempo pensando en sí mismos. Una suerte de egocentrismo necesario para consolidar un sentimiento de identidad.
Como los adolescentes están siempre pensando en ellos mismos, asumen que los demás están haciendo lo mismo, pensando en ellos. Por eso que son tan susceptibles. Les es difícil imaginar que los demás no estén mirándolos y juzgándolos. Cuando entran en algún lugar el resto debe estar pensando en que son bonitos, feos o están bien vestidos. Es lo que se llama la “audiencia imaginaria”. Asumen que están actuando permanentemente frente a los demás, a una audiencia pendiente de ellos. Esa “audiencia imaginaria” los induce a hacer cosas que no quisieran hacer. Esa “audiencia imaginaria” es más determinante que la presión social. Solamente cuando el adolescente ha adquirido un sentimiento de identidad podrá darse cuenta de que no todo el mundo está pendiente de él o de ella.
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