David Fischman,Ejecutivo
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
David Fischman es un ingeniero que, luego de hacer un MBA en Boston y fundar la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), ha devenido en conferencista en temas de liderazgo. Acaba de publicar El éxito es una decisión (El Comercio y UPC), cuyas principales propuestas serán expuestas este jueves 27 en un seminario taller que se realizará en el Centro de Convenciones del Colegio Médico del Perú. Entradas: Tu Entrada.
Algunas religiones miran con desdén el éxito material…
Cuando las religiones son demasiado conservadoras, demasiado castigadoras, pueden encasillar al ser humano, pues le quitan autonomía. Cuando son más abiertas, pueden motivar a sus fieles a hacer cosas, abrirles la mente.
Todos los seres humanos, sin importar cultura ni religión, ¿tendemos hacia el éxito?
Desde la época de las cavernas. ¿Qué es el éxito? La capacidad de alcanzar nuestras metas y sueños. Hay una parte del cerebro, la cíngula anterior, que detecta cuando lo que uno quiere no coincide con la realidad. Es decir, uno se traza una meta y el cerebro la monitorea. Por eso, no importa la cultura de origen, el cerebro humano está hecho para trazarse metas, para lograrlas.
Que uno siempre busque nuevas metas, ¿indica que el ser humano es un inconforme?
Todos tenemos expectativas. Pero estas pueden variar de persona a persona: hay quienes solo quieren un salario fijo y, cuando lo logran, se sienten exitosos, por más que su salario sea bajo. Pero hay otros que siempre están trazándose metas hacia adelante, cumpliendo un ciclo e iniciando otro. Por eso, más que inconformes, algunos seres humanos buscan nuevos objetivos.
¿La gente prefiere el éxito o la felicidad?
La gente busca ser más feliz, pero yerra al buscar la felicidad en el éxito. El éxito no trae una felicidad duradera. Gracias al éxito uno alcanza sus sueños, los disfruta, pero luego estos se van. Nos hace más felices la expectativa por alcanzar una meta que la meta en sí misma. El problema es que le gente cree que su felicidad está en la meta.
Otra vez aparece el tema de la inconformidad…
¿Una persona exitosa es aquella que nunca se satisface con lo que tiene? No. Ser ambicioso me parece genial; el peligro es caer en la ‘trampa del éxito’, que es buscar la felicidad en una meta alcanzada.
El éxito es tangible; la felicidad, no. Dicho esto, ¿es más fácil ser exitoso que ser feliz?
Así es. Por eso, el gran reto es ser exitoso y ser feliz. Muchas veces pasa que, por la ‘ceguera de atención’ –es decir, por estar focalizado en una meta–, no ampliamos la mirada y no nos damos cuentas de las cosas buenas que pasan a nuestro alrededor.
¿Es exitoso y feliz?
Considero que he alcanzado mis metas y mis sueños, y soy una persona que trabaja mucho su felicidad. Además, por principio, no soy un charlatán, predico con el ejemplo, es decir, aplico en mi vida lo que escribo. Hay un detalle: las personas que tuvieron una niñez traumática deben trabajar más su felicidad. Yo nací con el cordón umbilical rodeándome el cuello, casi muerto. Por eso, tengo un estrés temprano y ser feliz me cuesta muchas veces más. He hecho todo tipo de terapia para ser mejor persona.
¿Cuánto influye el entorno para lograr el éxito?
Muchísimo. Todavía ocurre, pero antes en el Perú ser exitoso era ser un ladrón. Exitoso era el que robaba, el que estafaba; la sociedad castigaba el éxito.
Los peruanos envidiábamos el éxito ajeno…
Hay un chiste que grafica esto: Una persona caminaba con dos potes llenos de cangrejos, una iba tapado; el otro, abierto. Se acerca alguien y le pregunta: “¿por qué tienes un pote abierto y otro cerrado?”. “En el pote cerrado hay cangrejos japoneses, si uno se escapa no irá solo, todos se darán la mano y huirán. En el pote abierto hay camarones peruanos, si uno quiere salir, otro lo jalará hacia abajo, por eso nunca huirán” (ríe). Felizmente, hoy esto pasa menos. Por eso, un libro como el mío era impensable hace 15 años.
Además, su libro nos dice que el éxito es posible, alcanzable en todos los niveles…
Así es. Por eso cito los casos de peruanos exitosos como Gian Marco, Gisela, Sergio Galliani. Muchos creen que las personas son exitosas porque siempre lo fueron, por su familia o porque nacieron con buena estrella. No es así. Por eso, muestro la importancia del fracaso, que el éxito no es un camino en línea recta, que requiere mucho trabajo y mucha capacidad de reponerse ante las dificultades. Porque, como digo en mi libro, el éxito es una decisión.
¿Uno aprende más del éxito o del fracaso?
La mayoría de personas exitosas ha tenido tremendos fracasos. Y uno aprende más de aquella persona que, a pesar de sus fracasos, supo reponerse.
AUTOFICHA
- Mi familia viene de Rusia y es de origen judío, pero yo no practico ninguna religión, practico espiritualidad, que es distinto. Mi esposa no es judía. Tengo dos hijos.
- Mis hijos han sido educados en valores, no en una religión. Pero los valores cristianos, budistas, judíos son magníficos, espectaculares.
- Si el éxito empieza a esparcirse, si a más gente le va mejor y siente que está alcanzando sus metas, tiende a ser menos envidiosa. Esto pasa en el Perú de nuestros días.
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