El actor de la saga Rápidos y furiosos Paul Walker no falleció en el acto tras el accidente automovilístico que sufrió el último sábado, sino como consecuencia de “traumatismos y quemaduras”, según el informe de la autopsia publicado hoy por la Oficina del Forense de Los Angeles (EEUU).
Walker, de 40 años, se desplazaba en un Porsche Carrera GT rojo conducido por su amigo Roger Rodas, un empresario y piloto de carreras oriundo de Santa Ana (El Salvador), quien también perdió la vida en dicho accidente.
El automóvil, que iba a gran velocidad, se incendió tras chocar contra un poste del alumbrado público y un árbol en la comunidad de Valencia, situada en la ciudad de Santa Clarita, a unos 30 minutos al norte de Hollywood.
La investigación sobre las causas del suceso aún continúa y, según algunos medios locales, las autoridades barajan la hipótesis que el Porsche Carrera GT rojo se estrelló en el curso de una carrera con otro vehículo.
Walker protagonizó cinco de las seis exitosas películas sobre carreras de carros. Había regresado después de tomarse una pausa de la última secuela. Mientras tanto, Universal Pictures dijo que la producción de la sétima entrega de la saga se había detenido. Un portavoz no quiso informar cuándo se reanudaría.
Aunque una gran parte del filme ya se filmó, la cinta está incompleta. Su estreno estaba previsto para julio de 2014.
El lunes por la noche, el personal de la película realizó una ceremonia privada dentro de una tienda de campaña levantada cerca de donde ocurrió el accidente. Cuando concluyó, el coprotagonista de Walker, Vin Diesel, agradeció a los seguidores por “venir y mostrar a ese ángel en el cielo lo mucho que lo apreciaban”.
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