El conductor Cristian Rivero revela que ahora disfruta con más emoción la nueva temporada de La voz kids porque sabe lo que sienten los padres de los pequeños talentos del reality.
¿Cuál es la diferencia que has encontrado entre conducir La voz Perú y La voz kids?
Trabajar con niños es distinto porque son más expresivos y honestos. El formato tiene la misma estructura, pero con los niños jugamos para que salgan a cantar bien en el escenario. Se utilizan más estudios psicológicos para que no se sientan mal en las descalificaciones. Me siento cómodo trabajando con niños.
¿Has logrado química con Katia Condos, tu nueva compañera?
Katia es mi amiga, la conozco hace varios años y todo ha fluido bien. Me gusta trabajar siempre en dupla, es más cómodo para tener alguien con quien uno se pueda cubrir y también bromear.
¿Qué te parece que Gisela Valcárcel va a producir El gran show kids en América TV?
No sabía, pero me parece genial que los canales apuesten por este tipo de formatos y pongan en vitrina a grandes talentos. Celebro la iniciativa y les deseo mucha suerte.
Te debes sentir identificado con estos formatos ahora que te convertiste en padre.
¡Sí, claro! Soy muy sentimental y lloro. Tener un hijo te toca las fibras más a fondo y también las expectativas de los padres.
¿Qué tanto ha cambiado tu vida con la paternidad?
Yo soy a la antigua y lo disfruto mucho… Pero tener un hijo es una responsabilidad enorme y eso me genera ansiedad. Es cierto que a veces me da miedo cuando Gaetano estornuda porque temo que tenga bronquitis o algo así, pero está a mi lado una compañera (Gianella Neyra) que me calma y sabe manejar esas cosas de manera normal.
¿Piensan tener más hijos?
Ya hay dos hijos en casa, que son Gaetano y Salvador (hijo mayor de Gianella). Tener un hijo es un ‘chambón’, pero no sé qué pasará más adelante. Ahora no está en mis planes.
¿Y el matrimonio?
Nosotros ya vivimos juntos y estamos comprometidos. Pero el matrimonio, como evento, no nos quita el sueño. Si lo hacemos con Gianella, será cuando nuestro hijo esté más grande, en una ceremonia bonita, y cuando sea por una cuestión de compromiso.
Por César Salazar (asalazar@peru21.com)
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