Jaime Cabrera Junco
jcabrera@peru21.com
Alberto Fuguet nació en Santiago de Chile, en 1964, y casi de inmediato lo llevaron a vivir a Los Ángeles, Estados Unidos. Cuenta que en las afueras de su barrio de Encino estaban los grandes estudios de cine y que a los 8 o 9 años uno de sus paseos escolares consistió en visitar una de estas productoras donde le explicaron cómo se hacía una película. Eso, digamos, lo marcó. Ya de vuelta en Santiago, a los 13 años, el cine se volvió fundamental. Además, las películas se emitían en el idioma con el que se había familiarizado. Por eso Fuguet soñaba con ser cineasta, y la literatura fue un medio de aprendizaje para convertirse en uno, y es que escribir salía gratis. Hoy, a los 49 años de edad, tiene una docena de libros publicados y cuatro películas terminadas. “Siempre quise ser cineasta y creo que lo logré”, dijo cuando ganó un festival de cine en su país por su película Música campesina. Sin embargo, no piensen que reniega de la literatura, pues en esta entrevista afirma que si algo le ha dado el cine es precisamente reafirmarlo como escritor.
Si tuvieras que filmar un momento importante de tu vida, una escena clave digamos, ¿sería cuando estás viendo La ley de la calle, de Francis Ford Coppola, a los 20 años en el Cine Arte Normandie de Santiago? ¿Allí empezó todo podríamos decir?
Sí, y siento que es verdad, aunque no pueda comprobarlo, y, a veces, uno se inventa escenas de la propia vida, pero si tuviera que tener como una suerte de biblia, yo siento que es 99.98% verdad que La ley de la calle lo es. Y, además, luego de ver la película escribí esa misma noche mi primer cuento.
Dices en Locaciones: Buscando a Rusty James, tu cuarta película: “La ley de la calle no me hizo escritor. Ya escribía antes. Escribía tonteras, remedos, copias. La ley de la calle me dio una voz, fuerza, energía. Me instó a escribir y con los años a filmar”. Empecemos hablando de “la voz”, que es muy importante para un escritor o creador…
Encontrar una voz es lo único importante y mi impresión es que es lo único que importa para una persona. Porque voz significa también estilo, identidad, personalidad…al final alguien quien no tenga eso va a terminar siendo un número. Se habla mucho de encontrar a Dios, de encontrar la felicidad, pero para mí es muy importante para una persona encontrar su voz.
La entrevista completa en el blog Lee por Gusto.
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