Alicce Cabanillas (@alicce en Twitter)
Era 1993, cuando un adolescente Carlos Begazo abandona Lima junto a su madre rumbo a Argentina en busca de un futuro mejor, empujados por la crisis económica y el terrorismo que azotaba al país.
Su meta era estudiar diseño gráfico, pero la falta de documentos le impidió ir a una escuela.
Fue en Buenos Aires donde Carlos conoce más de la salsa, el género musical cuyo ritmo pone a todo latino a mover los pies.
“Vi a gente de República Dominicana y Panamá que bailaba la salsa con un estilo diferente al de Perú, me gustó y tomé clases”, anota.
UNA FORMA DE VIDA
Le iba tan bien que comenzó a participar en shows en la capital argentina. En 2002 volvió Lima.
Su retorno coincidió con el concurso de salsa de la Feria del Hogar. Se presentó y ganó el primer puesto. Tras el triunfo, Begazo es requerido para bailar para famosos interpretes mundiales que llegaban a Lima: El Gran Combo, la Sonora Ponceña, entre otros.
“No pensaba enseñar, pero la gente quería aprender conmigo”, recuerda. Inicialmente dictaba clases en la escuela de una amiga, pero ella cerró y él tuvo que buscar un local propio. Ahí nació Saoco.
La demanda creció impulsada por los reality de baile, en los que Carlos era jurado. Pero, en 2010 un desbalance financiero lo llevó a cerrar.
“No quería hacerlo como sí lo hizo mi padre cuando abandonó a mi madre y a mí”, afirma. Pidió un crédito, implementó una estrategia de marketing y Saoco renació. “He logrado vivir de lo que más me apasiona en la vida: la salsa”, asegura.
Este año inicia su expansión con dos locales más.
DATO
- Contacto
El pago mensual en Saoco es de S/.100. Puede comunicarse con la empresa al 472-3287.
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