El turismo termal o termalismo mueve mucho dinero en el mundo y en Perú podría facturar US$300 millones en cinco años si está orientado a un segmento de alto poder adquisitivo y de lujo, afirmó hoy el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Carlos Canales.
Explicó que en las áreas donde se ubican las aguas termales en Perú están en manos de las comunidades que no han recibido una orientación técnica de parte de los gobiernos regionales, los municipios y el gobierno central respecto al impacto económico que genera este tipo de turismo y el desarrollo de proyectos orientados a captar viajeros en este nicho de mercado.
Canales dijo que es importante poner las bases de ese desarrollo, generar la infraestructura adecuada, mejorar la accesibilidad a los lugares donde se ubican estos atractivos y capacitar al personal que prestará servicios a los visitantes.
Destacó que las zonas de mayor potencial para el turismo termal son Lima provincias (Churín, Cañete y Yauyos), Cajamarca (Baños del Inca), Ancash (Monterrey y otras localidades), Cusco y Puno, además de La Libertad, Loreto y Tacna.
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