Los planes mineros del Perú son ambiciosos. Así lo subraya el prestigioso Financial Times, que en un amplio artículo expone las razones por las que nuestro país puede destronar a Chile como la superpotencia del cobre.
“Si Perú recibe todas las inversiones que tiene proyectadas para los próximos diez años (cerca de US$53,000 millones para 52 proyectos), el país andino producirá 5 millones de toneladas anuales de cobre a partir de 2025, cifra cercana a los 5,7 millones de Chile, el mayor productor mundial del metal”, destaca la publicación inglesa.
Perú es en la actualidad el tercer mundial de cobre con cerca de 1,3 millones de toneladas. Y la minería es la columna vertebral de nuestra pujante economía pues representa el 15% del PBI.
Pero esto, apunta el Financial Times, es un desafío político para la gestión del presidente Ollanta Humala, debido a que, mientras muchas de las minas chilenas están en zonas alejadas y deshabitadas como el desierto de Atacama, en Perú el cobre en general se encuentra cerca de las aldeas de comunidades indígenas.
“Esto obliga a Humala a mantener un delicado equilibrio (…) Por otro lado, es totalmente consciente de que la inversión minera por miles de millones de dólares es crucial para sostener el estelar crecimiento económico de 6% que registra la nación”, reseña la publicación.
CHINALCO Y TOROMOCHO
La minería genera ingresos adicionales que el Gobierno necesita para sus planes sociales. El caso de la minera china Chinalco, que construyó en La Oroya un asentamiento para reubicar cerca de 3,500 pobladores de Morococha, puede ser emblemático.
Así surgió Nuevo Morococha, enclavada a unos 5,200 metros de altura, que tiene calles pavimentadas, plazas, escuelas, iglesias y plantas procesadoras de agua.
El Financial Times destaca el esfuerzo de Chinalco para relocalizar a todo un pueblo, ya que invertió US$2,200 millones en una mina de cobre y plantas de procesamiento en Toromocho. Según la compañía, el 77% de los hogares, cerca de 900 familias, ya aceptaron mudarse.
“Chinalco todavía está calculando el costo del traslado, pero se estima que sería de entre US$150 y US$200 millones”, refiere la publicación.
Por lo pronto el alcalde Marcial Salomé quiere que antes de mudar al pueblo, la empresa garantice los puestos de empleo en la nueva mina y que indemnice a los comuneros.
“Las exigencias de Salomé reflejan las crecientes tensiones sociales que presentan uno de los mayores desafíos para las aspiraciones de Perú de quitarle a Chile la supremacía entre los productores mundiales de cobre”, apunta el Financial Times.
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