Magia es convertir el aire en un pañuelo, mostrar un conejo saliendo de un sombrero o levitar a metros del suelo. Pero magia también es transformar palabras que sonaron firmes en realidades. Sergio Markarián es un hombre de buenas intenciones, de ideas con sentido, pero no le supo hacer caso a lo que salía de su interior. Markarián dijo algo e hizo lo contrario. El charrúa se fue por el camino incorrecto y quizás por ello fracasó.
“Busco eficiencia, defender bien. Quiero agresividad, recuperación de pelota y ataque rápido y profundo”.
La realidad dice que a falta de un partido Perú es la segunda selección con más goles en contra (25), nunca tuvo un buen volante de marca y fue la segunda peor delantera de la eliminatoria (16 goles).
“Hay que estar conscientes y asumir que seguimos siendo los últimos en Sudamérica”.
Bueno, “los últimos en Sudamérica” jugaron cinco partidos de visita con dos mediapunta y dos delanteros centro. Perdimos los cinco encuentros.
“Estoy para jugármela enterito por el fútbol peruano. Sus hinchas nos dan mucho apoyo y lo valoramos”.
Esto lo dijo antes de jugar contra Venezuela por el tercer lugar de la Copa América en julio del 2011. Menos de un año después llamó ‘miserable’ a un hincha que le reclamó por las derrotas ante Chile en sendos amistosos.
“Para mí no existe la indisciplina. Eso se acabó, tolerancia cero. No existe el no cuidarse o el no ser profesional”.
Jefferson Farfán, Reimond Manco y John Galliquio se escaparon a un casino en Panamá. Markarián los expulsó, pero seis meses después perdonó a la ‘Foquita’ y después a Manco.
“Voy a seguir apuntando a jóvenes, pero la idea es que haya una mixtura en la selección”.
A dos días de jugar un partido intrascendente ante Bolivia desconvocó a Edwin Gómez y a Saco Vértiz porque Advíncula y otros experimentados regresaban.
“Si juegan bien, lo voy a convocar, de lo contrario no, de eso no hay dudas. No hay nada que negociar en ese lado”.
Sin embargo, llamó a Raúl Fernández (cuando no jugaba en Francia), Juan Vargas (no tenia sitio en Italia), Luis Advíncula (no era considerado en Alemania) y Alberto Rodríguez (estaba sin ritmo en la liga portuguesa).
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