Salvador Cabañas abrió las puertas de su casa, en Itauguá, y concedió una emotiva entrevista al medio argentino TyC Sports y confesó que el atentado que sufrió fue premeditado para que no juegue el Mundial de Sudáfrica 2010.
Tras permanecer 23 días en terapia intensiva después de recibir una bala en la cabeza, el delantero aún recuerda lo sucedido aquel día. “Me acuerdo muy bien de lo que pasó esa noche. Fueron directamente a liquidarme. Para mí, el ataque estuvo armado para que no juegue el Mundial de Sudáfrica”, relató.
Y siguió: “Fui a una discoteca con mi pareja. Entré al baño y el tipo que estaba a mi lado se dio la vuelta y me empezó a insultar. Me dijo: ‘Hoy es tu último día. Te voy a matar porque nos estás robando a todos los mexicanos con el dinero que cobras’. Sacó la pistola y me disparó”.
Cabañas confesó que habló con Dios. “Cuando me hicieron eso, yo fui directamente al cielo y hablé con Dios. Me tocó la frente donde me disparó el tipo y me dijo: ‘Hijo, te falta mucho todavía para venir acá. Anda a disfrutar de la vida y ayuda a los que te necesitan’”, acotó.
Tras el atentado, Cabañas perdió unos US$5 millones por su representante, y luego del divorcio con su exesposa, se complicó aún más su economía. Pero lo que más lamenta es haberse perdido el Mundial. “Conmigo en cancha, Paraguay hubiera salido campeón del mundo en 2010”, puntualizó.
Hoy, Cabañas con el poco dinero que le quedó tras su accidente, le puso una panadería a su papa y él se encarga de repartir el pan cada día.
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