Mario Vargas Llosa y Fernando de Szyszlo, dos grandes de nuestra cultura, además de su admiración mutua, se han declarado como “mejores amigos”. Szyszlo cumplirá este domingo 90 años y le esperan muchos homenajes en forma de exposiciones artísticas. Por eso lo buscamos, sin embargo, no dejó de pronunciarse sobre lo que estos días vive Vargas Llosa: su romance con Isabel Preysler y la separación con su esposa Patricia. Aquí sus palabras.
El autor de ‘La civilización del espectáculo’ – ensayo donde se critica la banalización de nuestra sociedad y del arte de nuestros días –, Mario Vargas Llosa, quien es su amigo, ahora sale en Hola, uno de los rostros de esa “civilización”…
El problema de una persona no se banaliza porque se publica en una revista banal. Tenemos que respetar su vida. Yo he hablado con Mario y jamás me voy a atrevería a decirle lo que pienso o pueda pensar. Pocas personas tan respetables como él, debe tener razones fuertes para hacer lo que está haciendo.
¿Cómo debemos reaccionar con respecto a la situación que él vive en este momento?
Con respeto, discreción y cuidado; no caer en la alharaca del escándalo. El mundo humano es muy complejo. Mario es una persona muy seria y valiente: Va a México y dice “esta es la dictadura perfecta”, va a Venezuela y le dice sus cosas a Chávez. Por eso, no debemos banalizarlo o reducirlo por este asunto que yo no sé cómo es. Mario no se ha vuelto loco, es una persona seria y consciente, por eso, tenemos que respetar lo que hace. Vamos a ver qué pasa.
Quizás lo que él vive es una muestra de que uno puede ser coherente en la vida pública, pero en la vida privada tenemos nuestros demonios…
Sin duda. Hay que ser conscientes también de que hay cierta prensa, sobre todo la de chismes sociales, que está muy interesada de que cosas así sucedan, porque de eso vive.
Curiosamente, la novia de Vargas Llosa es la estrella de esa prensa…
Exacto, exacto. Él (Mario) me lo ha dicho cuando hemos hablado, cuando hemos rozado el tema: “No sabes lo que estoy pasando con la prensa. Salgo a la calle y hay 40 fotógrafos que no me dejan caminar”.
¿Tiene que soportar eso por amor?
Ese es el riesgo. Mario es una persona a la que le gusta el riesgo, lo difícil.
Vivir esto a sus casi 80 años…
Es maravilloso, me parece maravilloso que pueda tener una ilusión, y quizás después que vuelva, en un momento dado, a considerar que fue pasajero… quién sabe.
¿Uno se jubila en el amor?
No, uno no se jubila. Además, Mario no ha sido el único Premio Nobel que ha pasado por esto…
Camilo José Cela, por ejemplo…
Sí, Camilo José Cela, igualito. El peso de la fama es terrible…
Pero las conquistas de Mario no son solo por la fama, ¿no?
Es una persona muy interesante, fascinante.
Usted es amigo de Patricia (la esposa de Vargas Llosa)…
Mucho, la quiero mucho, y pienso mucho en ella. Estoy en contacto permanente con Patricia.
¿Qué le ha dicho?
¡Qué puede decirme! Está desconcertada, esperando qué pasa.
Esperando que Mario vuelva…
Ojalá. Uno no puede tomar partido por nadie: yo quiero a Mario y a Patricia, y deseo lo mejor para ambos.
Gonzalo Pajares C.
gpajares@peru21.com
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