Perú es uno de los países con mayor reducción de mortalidad infantil en el mundo y líder en América Latina, por lo que es visto por otras naciones como un modelo a estudiar, sostuvo el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Paul Martin.
A pocos días de celebrarse los 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, sostuvo que mientras que en 1990 de cada 1,000 niños peruanos menores de 5 años morían 79, en 2012 la cifra disminuyó a 18 (reducción del 75%).
El informe de Unicef de 2012 destacó estos avances y reconoció al Perú como líder en este campo. En desnutrición crónica y anemia infantil se pasó de 28.5% en 2007 a 18.1% en 2012, producto de un conjunto de factores.
Sin embargo, dijo, continúan las inequidades y disparidades a escala subnacional y por etnia, ya que un tercio de la población en Lima goza de servicios, mientras que en las áreas rurales y las poblaciones indígenas, y particularmente en la Amazonía, la presencia del Estado es menor, así como el acceso a servicios de salud, nutrición, educación, instancias de protección.
Además, entre los indígenas, patrones culturales como el matrimonio y embarazo precoces complican el tema. Con altos promedios en educación primaria y registro infantil que supera el 90%, la pregunta es quiénes pertenecen a ese pequeño porcentaje que queda.
Señaló, también, que en las zonas urbanas como San Isidro y Miraflores existe un 1% con desnutrición crónica; es decir, incluso en aquellas zonas con las mejores condiciones.
“Existen problemas estructurales relevantes para alcanzar al 100% que implicaría implementar derechos en zonas alejadas como la provincia de Purús (Ucayali), con alta mortalidad infantil y desnutrición crónica, y con 0% de saneamiento”, apuntó.
Al ser consultado sobre si estas cifras negativas se mantienen solo en el área rural, dijo que no se notan en zonas rurales que son cabeceras distritales y existen diferencias entre Sierra y Selva, por la presencia del Estado y el acceso a los servicios.
“A escala nacional existen dos grandes desafíos: la exclusión étnica, porque quienes sufren falta de servicios y malos indicadores son los indígenas, sea de zonas urbanas, sierra o selva”, puntualizó al señalar que el otro desafío es la marginalización de la selva.
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